Leer es pasión

Grisbel Medina R.

Quien no lee muere inocente. La lectura abre los sentidos, los esparce, los desarrolla. Al leer aprendemos, viajamos, cultivamos sentimientos, tocamos cielo. Si algo le agradezco a papi son los libros que nos entregaba en cada verano para que las vacaciones también tuvieran ese sabor a literatura, ficción, historia. Quienes me conocen saben que siempre estoy detrás del rastro de periódicos, libros y revistas. Se me hace muy difícil esperar en el médico, el salón, la estación de autobuses, sin un pliego de líneas entre las manos.

Periodista Grisbel Medina
Periodista Grisbel Medina

Leer debería estar en la lista de pasiones humanas. Dulce Rodríguez, responsable del Programa Escuelas Efectivas PUCMM/MINERD, me regaló el libro ®De mariposas y duendes. Cuentos e ilustraciones de niños y niñas dominicanos®. Fue una dulce invitación a vitaminarme de la inventiva de la niñez que contra viento y marea se forma en nuestras escuelas públicas.

Para equilibrar la cosa, porque las malas noticias dejan poca brecha al regocijo, les obsequio el relato ®Antonio, el león triste® de Norkiris Carolina Brito Brito, la niña de nueve años, estudiante de la escuela Juan Crisóstomo Estrella de Moca.

®Había una vez un león gigante y de larga melena. Vivía en una selva apartada de todos los animales. Le tenían miedo por su tamaño. Su nombre era Antonio. Siempre estaba muy triste por no tener amigos. Antonio, al levantarse una mañana de primavera, vio que esta era muy hermosa y tenía deseos de jugar, pero no tenía amigos. Al verse tan solo decidió salir en busca de amigos. Caminó por la selva y no encontró y siguió buscando. Algunos se les escondían detrás de los árboles.

Ya cansado, se acostó debajo de un árbol. Vino un pajarito azul y le preguntó: ¿Por qué estas triste león? El león contestó: por no tener amigos. Y el pajarito dijo: te puedo ayudar, debes hacer lo que yo te diga. Tienes que ser muy amable para que los animales no te tengan miedo, además debes cortarte el pelo. El león aceptó y se lo cortó, se veía menos aterrador. Entonces comenzó a tener amigos y a jugar con todos y así era muy feliz¨.