La seguridad debe de ser un asunto de Estado; no de operativos

José Alfredo Espinal

Caribbean Digital 

SANTIAGO, RD.- Enviar policías y militares a las calles, como lo dispuso el presidente Danilo Medina para enfrentar la delincuencia es una medida que, aunque no deja ser retórica, es sin embargo, una forma de admitir con habilidad política y estilo diplomático que el brote de violencia y hechos delictivos ya no es simplemente un asunto de percepción de la población.

Los casos de robos y atracos en las calles, en las residencias y en algunos centros comerciales, eran calificados por las autoridades de pequeños y aislados.  Parece ser, no obstante, que los asaltos bancarios que se han registrado últimamente en el país con más facilidad que en las películas han provocado que el Gobierno y sus funcionarios se activen y pongan en serio la necesidad de la seguridad ciudadana.

Hacerse el “sueco” como dice una comunicadora de la capital, ya no es gracioso. El Gobierno sabe que la inseguridad ciudadana no solo afecta a los dominicanos, sino que impacta negativamente al turismo y las inversiones.

Nadie quiere visitar un país que carece de un sistema de seguridad.

Es triste decirle, pero en la República Dominicana la gente no tiene tranquilidad ni en su propia casa.

Tirar a los policías y a los guardias a las calles es una especie de apaciguar la realidad delictiva que vive el país. Aquí se necesita algo más que un operativo mixto.

Señor Presidente, como dirían los sureños, no hay que esperar arderse las manos para saber que el fuego quema.

Con el mayor respeto, póngale atención al clima de inseguridad, por el bien de su gobierno, y principalmente, por el bien de cada uno de los que vivimos en este hermoso país.