La prensa y los intereses: Cuando quiero te busco, cuando criticas te boto

José Alfredo Espinal

Caribbean Digital

SANTIAGO, RD.- El día 05 de abril los periodistas dominicanos reciben muchísimas felicitaciones de sus colegas, empresarios, dirigentes políticos y, fundamentalmente,  de los funcionarios públicos.

Esa felicitación otorgada a los miembros de la prensa en la celebración de su día acostumbran hacerla la gran mayoría por “mantenerse frío” con los profesionales de la comunicación y otros porque de una u otra manera no se han visto envueltos en escándalos ocasionados por los miembros de la prensa.

Son muy pocos los que valoran el rol de la prensa en su justa dimensión, ya que cuando el periodista afecta intereses particulares o grupales comienza a ser encasillado dentro de los comunicadores que buscan hacer daño.

Incluso, las felicitaciones que reciben muchos periodistas hasta de sus propios colegas de los medios de comunicación se enmarca dentro del grupísmo, más que de la propia sinceridad que debería identificar al sector periodístico cuando se trata de una fecha tan especial de la misma clase.

Es penoso tener que recordar un artículo que escribí en el mes de junio del año 2011 titulado “¡Que el enemigo de un periodista es otro periodista!”,  lo que ha quedado demostrado en la práctica de nuestro ejercicio profesional.

Es por ello que ya nada debería de sorprendernos. Aquí ya no está plasmada esa pasión y vocación de servir a los demás, sino qué podría generarme más intereses políticos y personales, sin importar a cual o a cuales determinadas personas, colegas o no de la comunicación debemos  derribar para lograr ese objetivo.

Desde el punto de vista del sector empresarial, la dirigencia política y de los servidores públicos, todo el mundo sabe por qué se producen los acercamientos y por qué se divorcian  de  los representantes de los medios de comunicación.

Una periodista dijo una vez “El Periodista se cree que es gente importante, pero no se da cuenta que solo lo buscan por el medio de comunicación donde trabaja”. Esa reflexión encaja muy bien en los que se creen que nunca bajarán de su pedestal.

Ojalá y que el Día Nacional del Periodista sirva para hacerle entender a muchos, incluyendo a los propios del mismos sector, que la clase periodística sigue siendo importante, aunque por un momento determinado alguien esté  debajo de las escaleras o fuera del medio en el que antes le servía al que hoy oprime.

 

¡Felicidades!