La parálisis facial o espasmo facial

Dr. Arcenio Estévez Medina

Especial/Caribbean Digital

En Caribbean Digital estamos preocupados por su salud.

SANTIAGO, RD./ Una noche cualquiera la persona se acuesta bien y amanece con parte de la cara torcida.  De inmediato se hace el diagnóstico presuntivo de que estamos frente a una parálisis facial.  Sin embargo, además de ésta hay varias situaciones que pueden manifestarse de esta manera.

Archivo.

A la parálisis facial periférica también se le conoce como parálisis facial idiopática y parálisis de Bell, en honor al doctor Charles Bell, el médico escocés que describió la enfermedad por primera vez en el siglo X1X.

Esta parálisis es una afección en la que está comprometido el nervio facial o séptimo par craneal, que tiene una rama motora y una sensitiva.  Esta última inerva los dos tercios anteriores de la lengua y es su participación en el sentido del gusto.  La rama motora corresponde a la inervación de los músculos de la cara.  Esto da una explicación a las manifestaciones que caracterizan a la parálisis facial periférica.

Las mujeres y los hombres son afectados en proporción casi igual, es menos frecuente en los niños menores de seis años y en los adultos con más de sesenta.  Es un trastorno que ataca más a las embarazadas, los diabéticos y a los que sufren de enfermedades virales de las vías aéreas superiores, como la virosis gripal y algunas bronquitis.  El virus del herpes también ha sido asociado al trastorno.  Por eso siempre es recomendable determinar si hubo previo al proceso alguna infección en la mucosa de la boca causada por este virus.

No se ha dado una explicación, pero las estadísticas han demostrado que el lado izquierdo es más afectado que el derecho.

CAUSAS Y EXPLICACION DE LA RAZÓN DEL TRASTORNO.

No hay una causa establecida de la parálisis facial periférica.  Por tanto, existen muchas posibilidades y vamos a revisar las que tienen mayores aciertos y que son aceptadas por la comunidad científica. Muchos tratadistas del tema la denominan parálisis a frígore, con el objetivo de dar una explicación a que numerosos individuos afectados de este mal debutan con los signos y síntomas después que reciben un cambio brusco de temperatura de caliente a frío, como abrir una nevera al despertar o salir de un lugar caliente hacia la intemperie fría.

A veces hay inflamación o compresión del nervio facial en un segmento de su trayecto y hay la necesidad de hacer la liberación del mecanismo compresivo para lograr una mejoría rápida y significativa del caso.

La parálisis facial puede ser primaria cuando es una afección del nervio facial sin ninguna evidencia de otra patología como factor causal y es secundaria cuando hay otro trastorno ajeno a este nervio produciendo el problema.  En este último caso se encuentran los tumores que afectan al nervio facial, trastornos circulatorios que producen accidentes cerebro-vasculares (ataques cerebrales) como razón de la enfermedad o cualquier otra situación que se constituya en causa de este mal.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

La comisura labial del enfermo se desvía hacia un lado de la cara, como debut de la enfermedad.  También se presenta lagrimeo involuntario, dificultad para parpadear y cerrar uno de los ojos.  Por eso la persona afectada a veces duerme con un ojo abierto y presenta mucha resequedad de los labios.

Como este nervio en su rama motora inerva, entre otros músculos, al buccinador y al orbicular de los labios, el enfermo con parálisis facial no puede silbar.  Una buena prueba para saber la evolución del individuo es ponerle a silbar y si lo hace bien, está en franca mejoría. La mayoría de las personas con parálisis facial puede presentar dificultad para hablar y hay palabras que se les hacen más difíciles de pronunciar.

Encontramos dificultad para apreciar algunos sabores y en un gran número de afectados los líquidos se le salen de la boca.  Por eso es preferible que se use un sorbete cuando se va a tomar líquido.

Es evidente que el enfermo pierde una gran cantidad de los movimientos voluntarios de la hemicara afectada por el trastorno.

Aunque es raro, hay casos en que el paciente presenta mucho dolor en la hemicara comprometida con la parálisis facial.  En este caso se necesita la acción de un fármaco del tipo antiinflamatorio no esteroide.

MANEJO DE LA ENFERMEDAD.

El temor a que no va a mejorar hace que el enfermo se preocupe mucho y se ponga nervioso, lo que al mismo tiempo hace contraste con la tranquilidad y relajación que necesita para su pronta recuperación.  El profesional de la salud juega un papel estelar en la relajación del enfermo y en la garantía de que la persona se va a recuperar de manera total como sucede en la mayoría de los casos tratados por nosotros.

Por buena suerte un alto porcentaje de los casos de parálisis facial desaparecen a partir de los quince días aunque no se ponga tratamiento.  Sin embargo, hay un grupo de personas con este problema que necesitan de un manejo correcto para lograr la solución y como no se sabe cuál pertenece a un caso y cuál al otro, es recomendable acudir al médico desde que el trastorno se presenta.

En los enfermos que no son diabéticos se usan medicamentos esteroides, como la dexametaxona de 4 mgs, que ha reportado una recuperación rápida del enfermo.  Si estamos seguros de una causa viral usamos un medicamento para combatir a estos microorganismos como el aciclovir que ha sido incluido en este esquema de tratamiento.

Cuando hay dolor además de los otros síntomas son utilizados el ibuprofén y el paracetamol con buenos resultados.  La mayoría de los médicos incluyen en el tratamiento las vitaminas B1, B6 y B12 inyectadas para manejar a estos enfermos y esto acelera el proceso de recuperación.

La terapia mioneural, los masajes, la estimulación eléctrica de bajo voltaje en la hemicara afectada, la aplicación de calor local y la acupuntura han hecho posible que el enfermo acorte su tiempo de incapacidad laboral y su rápida mejoría.  La utilización del vendaje del ojo afectado mejora la dificultad del lagrimeo y la resequedad, protegiendo también contra la incidencia de la luz.

Muchos de los casos que no mejoran necesitan de cirugía y esto debe determinarlo el médico que está tratando al enfermo.