La insolencia política en Santiago

Por Fernando Peña

Especial/Caribbean Digital

SANTIAGO, RD./ Un estilo cultivado por la generalidad de los políticos de Santiago es la tendencia a utilizar la descalificación personal, la ofensa y la exclusión sin fundamento. Se da en el PLD y en el PRD, es una negación a los principios de esos partidos, a la tradición democrática de sus fallecidos lideres.

Lo hacen por encono personal, sin importarle que su actitud afecte a su candidato, a su partido y sus posibilidades electorales.

Pero no asumen igual actitud con aquellos que son una vergüenza pública para sus partidos, todo lo contrario, se sienten en sus aguas con esas capillas descalificadas, que van al quehacer político en busca de ascenso económico, esa es la razón que explica en gran medida los errores de gestión de los gobiernos y el porqué las acciones de los presidentes no redundan en beneficios ni puntos políticos para los partidos.

Su actitud de exclusión y odio hacia el que expresa independencia de criterio, al que no está dispuesto a dejar su cabeza en reuniones ni comité, es lo que obliga a ciudadanos, y a políticos, a un permanente desgaste en pequeñas odiosidades inútiles e insignificantes.

Creyéndose que el ciudadano, el electorado es un tonto descalificado para conceptualizar, sorprende que insistan en continuar esa estrategia de exclusión que a todas luces la gente la ve como una estrategia de desgaste.

Uno no acaba de entender a estos dirigentes, la ciudadanía desaprueba esas actitudes de arrogancia de la oposición y del gobierno, mientras más se acercan las elecciones, creyéndose seguros ganadores, mas se emburran y solo se oye el griterío, los espavientos y los desdenes desmelenados.

Y sorprende su conducta. ¿Cómo pueden actuar de este modo esos políticos pese al generalizado rechazo de la población? ¿No tienen interés en que las cosas cambien? ¿Les deja indiferentes lo que piense la ciudadanía?

Esa actitud de arrogancia, indiferencia, exclusión, desdén e insolencia no es monopolio solo en el PRD. La comparte también el PLD y su gobierno.

Es que acaso viven aferrados al pasado, aferrado al banco de los resentidos con la libertad y la democratización de la sociedad dominicana. Es un mal que afecta a toda la clase política, debe haber una sola explicación para esta insolencia.

Mientras tanto, seguirán existiendo los que se niegan hacer esclavo y siervo de nada y de nadie.

El autor es periodista