José Alfredo Espinal
Caribbean Digital
SANTIAGO, RD.– La acusación del narcotraficante y excapitán del Ejército Quirino Ernesto Paulino Castillo de que le entregó 200 millones de pesos al expresidente Leonel Fernández para su campaña electoral es una denuncia muy seria, pero por la forma alegre de divulgarse en los medios de comunicación podría interpretarse como un montaje desagradable.
Quirino insiste en la afirmación de la entrega millonaria que le hizo al exjefe de Estado, pero éste, de su parte, no ha respondido. Mientras la acusación corre como pólvora, Leonel Fernández se ha mantenido en silencio, como estrategia política o simplemente porque la versión que circula no le merece ninguna veracidad.
Leonel es un político inteligente. Es un precandidato presidencial con todas las condiciones para asumir por cuarta ocasión las riendas del Palacio Nacional. Partiendo de esas posibilidades podría descartarse que intente defenderse de la constante acusación que hace el capo en su contra.
Aquí el tiempo y la verdad juegan un papel trascendental. Si Quirino, o la persona que se ha identificado como tal dice la verdad, pues que se haga una investigación profunda al respecto, de lo contrario, pretender desacreditar con una mentira a una figura política como el expresidente de la República, sería una campaña mal intencionada que algunos sectores estarían tratando de provocar un stop a las aspiraciones de Leonel Fernández.
La investigación que se haga con respecto a este caso debe arrojar la verdad. Cualquier tipo de resultado que determine que hubo tal relación entre Quirino y el exmandatario debe existir una acción por parte de las autoridades, Si Leonel Fernández, en cambio, está ajeno de la acusación que le atribuye Quirino, pues no necesariamente deba responder. Cada quien tiene que responder por sus actos, y no es verdad en todo caso, que quien calla otorga.