Kasparov no logra domar a la nueva generación del ajedrez

SAN LUIS. Garry Kasparov, quien dominó los tableros de ajedrez durante quince años, experimentó su primera derrota este martes desde su retorno a la competición en Estados Unidos, donde realiza un muy observado paréntesis a su retiro de 12 años.

Además de cinco empates en otros tantos partidos desde su gran regreso el lunes, el excampeón del mundo (1985-2000) de 54 años sufrió su primer jaque mate el martes en San Luis, Missouri, frente a su joven compatriota Ian Nepomniachtchi.

“No he jugado en serio en 12 años y en 15 no había perdido tantas oportunidades como lo hice hoy. Espero estabilizar la partida mañana”, escribió en Twitter Kasparov.

El joven Nepomniachtchi, en cambio, festejó. “Es una gran sensación de jugar con Kasparov. Por supuesto, es una sensación doblemente mejor ganar” contra él, declaró exultante el jugador de 27 años.

Los fans de la antigua gloria del ajedrez, uno de los mejores jugadores en la historia, no ocultaron su decepción en el Chess Club donde se desarrolla esta competición oficial de cinco días, el Rapid and Blitz.

“Tenía que pasar. Pero lo está haciendo muy bien en su regreso contra esta nueva generación de jugadores”, opinó Tracy Stewart, una estadounidense de 42 años, quien relativizó el alcance de esta partida, entre docenas de otras previstas. “No atacó lo suficiente”, agregó.

El antiguo terror de los tableros de ajedrez había prometido el lunes ser más “agresivo” para contrarrestar una serie de “tablas” que mancharon su regreso, visto con lupa.

– “Día duro” –

Los riesgos que tomó en el juego no rindieron, ni tampoco su actitud, tratando de intimidar a sus oponentes atravesándolos con la mirada.

Tras el muy observado duelo del lunes contra su compatriota Serguéi Kariakin, de 27 años, gran esperanza del ajedrez, fueron el armenio Levon Aronián, número cuatro del mundo, y el indio Viswanathan Anand, el otro “viejo” del torneo, quienes le impidieron llevarse un triunfo en los otros dos juegos del martes.

Aunque el camino es aún largo, Garry Kasparov tuvo un comienzo promedio -como esperaban los observadores- tras sus 12 años en el retiro: comenzó la jornada como séptimo de diez.

La generación más joven de jugadores parece lista para tomar el relevo y hacer caer al ruso de su pedestal.

“Todos los adversarios son extremadamente fuertes, así que Garry definitivamente necesitará sacar su mejor juego si quiere conseguir algunas victorias”, advirtió el martes por la mañana Robert Hess, gran maestro de ajedrez estadounidense, prometiendo un “día duro” para el excampeón del mundo.

Para él, Kasparov tiene que cambiar su estilo si quiere ir más lejos en la competición; en la jornada del lunes “no fue capaz de tomar la iniciativa” e incluso estuvo “perdido” en su tercera partida.

En opinión de muchos expertos, el ruso que una vez se enfrentó con el ordenador Deep Blue debería haber logrado algunos puntos, porque desde el jueves la competencia se acelerará todavía más con nueve juegos cortos por día, un formato que podría poner en desventaja a quien conquistó la corona mundial ganando partidas interminables.

La emoción que acompaña la vuelta de la leyenda del ajedrez seguía vigente el martes en San Luis, adonde acudieron admiradores de Kasparov de todo el mundo.

Muchos de ellos, apretujados en una pequeña sala del Chess Club, donde tiene lugar del torneo, o sentados frente a alguna de las pantallas que retransmiten afuera las partidas, no podían disimular su alegría al ver a su campeón repetir gestos o adoptar posturas de su gran época.

Sólo falta que aparezcan las victorias para que Garry Kasparov haga honor a su apodo del “Ogro de Bakú”.

SAN LUIS. A la sombra de un árbol, entre dos mesas de ajedrez, Benny Pirogovsky hace girar entre sus dedos un rey de latón. Tras dos horas de viaje desde el medio oeste de Estados Unidos, el adolescente está a punto de conocer a su ídolo Garry Kasparov.

Este chico ruso de 16 años que vive en Chicago recién iba al jardín de infantes cuando su compatriota, quince veces campeón del mundo, anunció su retiro, hace 12 años.

Pero el adolescente de incipiente bigote, camisa blanca y pantalones cortos azules deportivos sabe todo sobre la leyenda del ajedrez después de estudiar sus videos y convertirse también en un gran maestro de ajedrez.

Cuando supo que el “Ogro de Bakú” volvería a competir, Benny Pirogovsky pidió a su madre, Evelin, que lo llevara a San Luis, Missouri, donde Kasparov se enfrenta desde el lunes a la nueva generación de ajedrecistas en un torneo oficial.

Cientos de fans en todo el mundo, desde niños hasta personas mayores, han llegado desde el pasado fin de semana a esta ciudad que quiere ser la capital estadounidense del ajedrez para ver jugar al hombre que se enfrentó a la computadora Deep Blue y forjó una carrera infalible en las décadas 80 y 90.

– “Más allá del tablero” –

“Esta es una oportunidad única en la vida para verlo de verdad”, cuenta con una voz gutural este muchacho, que se procuró todo tipo de objetos para hacérselos autografiar.

“Espero ver partidos legendarios, cualquier cosa increíble. Y con un poco de suerte me puedo inspirar y volverme mejor” jugador, espera. Para él, si Kasparov gana o pierde es lo de menos: “Seguirá siendo el mejor”.

En la acera opuesta, Carla Heredia salta de las casillas negras a las blancas de un gigantesco tablero de ajedrez pintado en el suelo. Con una camisa vaquera y sombrero negro del que sobresalen unos cortos mechones de cabello rubio teñido, la joven de 26 años ha venido desde Ecuador para “tener la increíble oportunidad de ver a Kasparov”.

Gran maestra del ajedrez en su país, Carla Heredia, mirada profunda de ojos negros, consiguió el boleto y la estadía en San Luis gracias al restaurante en Quito donde trabaja.

“Lo admiro no solamente por sus magníficos juegos tácticos sino también por la personalidad que encarna en la defensa de los derechos humanos”, asegura el pie de la escultura más grande de una pieza de ajedrez en Estados Unidos, un rey tallado de casi 4,5 metros. “Tenemos que ir más allá del tablero”, considera esta militante feminista.

– Cámaras de película –

La calle llena de casas opulentas donde se lleva a cabo la competición Rapid and Blitz se ha visto frecuentada desde hace tres días por turistas indios, chinos o estadounidenses que deambulan con máscaras de Kasparov y cámaras de fotos de película, nuevo objeto tendencia en San Luis tras la prohibición de los organizadores de portar dispositivos electrónicos.

Entusiastas del ajedrez también se suman, con diferentes intenciones pero un objetivo común. “He visto todas las partidas” de Kasparov, “lo he estudiado”, explica con mucha seriedad Raymond Paul, de 60 años y profesor de ajedrez en la vecina Kansas, mientras come un peón de su oponente.

Asegura que vino sobre todo “para representar” a su estado en el evento y “llevar allá la información, la experiencia” después de haber visto en persona a la leyenda rusa.

Su rival, en cambio, no es un fan de Kasparov. A los 70 años, Michael Hushfeldt, miembro del Chess Club de San Luis desde su creación, solo apoyó al ruso en su antológico duelo contra la computadora de IBM en 1997.

Él, que ha visto al excampeón mundial desfilar “decenas de veces” por conferencias o juegos amistosos, no cree en absoluto que este regreso sea el último, como anuncia.

“Regresa todo el tiempo”, lo critica el anciano, con corbata pero aire desaliñado. ¿Kasparov? “Prácticamente vive aquí”.

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