Horas antes del lanzador cubano José Fernández muriera trágicamente en un accidente de bote en Miami junto a dos amigos, supuestamente discutió con su novia y fue visto en un bar de Miami River llamado “American Social Bar and Kitchen”.
De acuerdo a un reporte publicado por el Miami Herald en su página de internet, el cual señala que no está claro a la hora que salió de ese centro de diversión.
«José Fernández era un invitado en American Social. Nos gustaría extender nuestras más sinceras condolencias, y oraciones a las familias por las tres víctimas de este trágico accidente de navegación y para la organización de los Marlins de Miami”, dice el comunicado firmado por un administrador no identificado, según publica ese medio de comunicación.
Los investigadores aún no han establecido que conducía el barco, pero no había pruebas de drogas o alcohol en el lugar del accidente. Los informes toxicológicos están pendientes.
«La hora exacta del accidente sigue bajo investigación y el operador del buque en el momento del accidente no se ha determinado en este momento», dijo el agente Rob FWC Klepper en un comunicado.
La lancha SeaVee, de 10 metros de eslora (32 pies), chocó contra las rocas en el extremo meridional de South Beach, aproximadamente a las 3:15 de la madrugada del domingo, de acuerdo con la Oficina Forense de Miami-Dade.
Los investigadores trataban de determinar el lunes si Fernández iba al timón de una lancha de pesca deportiva, de la se dijo inicialmente que no era propiedad del fenecido pelotero, pero luego un oficial dijo que sí pertenecía a Fernández.
En la colisión murieron también Emilio Macías, de 27 años, y Eduardo Rivero, de 25, precisó Darren Caprara, director de operaciones de la oficina forense.
Mientras las investigaciones avanzan, anoche los compañeros de equipo de Fernández saltaron al terreno en el Marlins Park, derrotando 7-3 sobre los Mets de Nueva York que contó con una ceremonia previa al juego por la fallecida estrella y un jonrón del primer bate de Dee Gordon, quien se dio unos golpes en el pecho en cuanto pisó el plato, y señaló hacia el cielo. Mientras recorría las bases, Gordon comenzó a llorar hasta que fue recibido en medio de llantos por sus compañeros en la cueva.