Rafael Baldayac
SANTIAGO, RD.- La tierra donde se desarrollan los acontecimientos importantes de la historia de Israel, es conocida en la Biblia con el nombre de Canaán. La historia de Israel como estado se inicia con su proclamación de la independencia en 1948.
Tras más de 60 años de esfuerzos políticos y diplomáticos por parte del sionismo se estableció una nación soberana en la que consideraban que era su patria, la antigua Tierra de Israel, también conocida como Palestina desde los tiempos del Imperio romano.
Las primeras manifestaciones del deseo de regresar a su patria se expresaron durante el cautiverio del pueblo judío en Babilonia en el año 597 aC y después en el año 70 dC tras la destrucción de Jerusalén por los romanos y el exilio de los judíos a diferentes lugares del mundo en lo que es conocido como la diáspora.
El regreso a la Tierra Prometida tomó carácter religioso cuando los judíos consideraron que éste coincidiría con la llegada del Mesías. La historia del antiguo Israel abarca desde el siglo XX a. C hasta la expulsión y Diáspora en el primer siglo de nuestra era, en un área comprendida entre el Mediterráneo, el desierto del Sinaí, las montañas del Líbano y el desierto.
Se concentra especialmente en el estudio los hebreos o israelitas durante este período, y de forma secundaria de los otros pueblos que con él convivieron, como filisteos, fenicios, moabitas, hititas, madianitas, amorreos y amonitas.
Un siglo y medio después de Cristo se produjo una importante sublevación de los judíos. Jerusalén estaba en ruinas, el templo arrasado. El emperador Adriano decidió poner fin a las reivindicaciones de los judíos por su querida Judea y su venerada Jerusalén.
Primero les prohibió visitar Jerusalén, convertida en una guarnición militar, y pronto cambió el nombre a la ciudad por el de Aelia Capitolina. Al mismo tiempo, cambió la denominación de Judea o Israel por Palestina. ¡En ese momento apareció Palestina por primera vez! ¡Era el siglo II d. C.!
¿De dónde se obtuvo el vocablo? Fue otra ofensa romana. Palestina se escribía en latín Phalistina y hacía referencia a los filisteos, que la Biblia menciona desde Josué hasta David. Significa “pueblo del mar”. Habían llegado desde Creta, y se establecieron en la costa suroeste del territorio. Jamás lograron conquistar el resto del país y terminaron integrados por completo en el reino de David. Nunca más hubo filisteos ni grupo alguno que los reivindicase. Se convirtieron en judíos.
Sabemos por la Biblia que los Israelitas constantemente entraron en desobediencia de Dios y todo el conflicto entre Israel y Palestina es consecuencia del error de los Israelitas que, al darles Dios la tierra prometida, les ordenó que exterminaran a los pobladores que encontraran pero ellos no cumplieron. Dejaron a muchos como esclavos y empezaron a participar de sus culturas paganas.
Como castigo, primero, desaparecieron 10 tribus (Reino del Norte-Israel) en manos de los Asirios y después fue sometida una y otra vez la Tribu de Judá (Reino del Sur), a manos de los babilonios (Iraq), los persas (Irán), los griegos y finalmente los romanos.
Los romanos expulsaron a los israelitas tras la destrucción del templo de Jerusalén hacia el año 70 d.C. Fue Constantino el Grande quien, al legitimar el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano, les permitió a los israelitas que volvieran una vez al año a su templo.
Se constituyó entonces el Imperio Bizantino. Pero Dios mantiene la promesa con Israel, pero ellos con él no. Israel fue escogida como nación que llevaría la luz al mundo pero ellos se creyeron el pueblo elegido para salvarse a sí mismo.
Ante su terquedad, Dios interviene y envía a su Hijo para cumplir ese designio y por ello, Jesucristo, seleccionó 12 discípulos, para restablecer las doce tribus pero los escogió, no entre los sabios Saduceos y Fariseos poseedores de la ley, sino entre los humildes y los gentiles.
Jesucristo y los discípulos sí empezaron esa tarea de llevar la luz al mundo y es precisamente lo que hacemos sus descendientes, los cristianos espirituales cumpliendo la Gran Comisión (Mateo 28:18-20).
Sin embargo los musulmanes afirman que el Arcángel San Gabriel se le presentó a Mahoma y le dictó las escrituras. Dicen que la Biblia judeo-cristiana fue manipulada y que Dios le dio la tierra prometida a Ismael y no a Israel y por ello tienen la obligación imponer el terror para recuperarla a sangre y muerte.