Hacer el bien, sin mirar a quien

José Alfredo Espinal

Caribbean Digital

SANTIAGO, RD.– Cuando a un ciudadano le piden una limosna en las calles, casi siempre en estos tiempos la persona cree que el dinero que regala lo usarán para tomar alcohol o para comprar estupefacientes.  Pocos presumen que el individuo que pide lo hace para comprar alimentos y así poder sobrevivir.

Cuando se es pobre económicamente muy pocos vaticinan el futuro promisorio de ese ciudadano.

Si una persona está adicta a las drogas son muchos los que lo rechazan y son los menos los que se preocupan en ayudarlo a superar ese vicio.

Cuando se tiene tanto poder, a veces se cree que el otro no importa. Incluso, hay gente que se ha creído que las riquezas lo librarán de la muerte.

Pero, hay un secreto bien guardado que ya se ha hecho público. El futuro es impredecible.

Quien pide limosnas hoy, mañana podría ser tú y tú el mendigo.

El pobre de hoy puede ser el multimillonario de mañana.

Las personas que hoy son adictas a las drogas, en el futuro pueden ser los ángeles que te salven a tus hijos.

Y cuando menos lo esperes te mueres, y tu riqueza y poder no se darán ni cuenta.

Proverbios, 3: 27: “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo”.