Expresiones del comportamiento de una sociedad enferma

Por: Ramón Antonio Veras

Especial/Caribbean Digital

 

INTRODUCCIÓN

 

SANTIAGO, RD.- 1.- No podemos rompernos la cabeza rebuscando la época en la cual anidamos ideas que hoy cuadran para identificar una serie de conceptos que han ido afianzándose en la conciencia y que luego, con el transcurso del tiempo, han definido nuestra forma de obrar.

Negro Veras. Archivo.
Negro Veras. Archivo.

 

2.- Partiendo de la base material del sistema social imperante y la superestructura que se levanta sobre el mismo, las ideas y conceptos han ido cambiando de sentido y contenido en el cerebro de la especie humana.

 

3.- No fue en un santiamén que las personas físicas comenzaron a manifestar  sus simpatías hacia otras; lo hicieron como resultado de la acumulación de trato, y otras vinculaciones personales, que las llevaron a hacerlas merecedoras de conceptos que se han afianzado por la consolidación de cariño mutuo, durante un periodo más o menos largo.

4.- El sentido de bondadoso, amoroso, leal, sincero, honesto, moral, etc., ha cambiado históricamente acorde con los procesos sociales que han vivido los seres humanos.

 

5.- El querer, el amor, el afecto y otras manifestaciones del alma, se fijan en la conciencia por asimilación, y después se convierten en guía y forma de ser de su portador.

 

6.- Un mismo país, en el cual funciona un sistema social que genera clases sociales diferentes, cada una de ellas tiene forma distinta de analizar idéntico fenómeno social.

 

7.- Las dominicanas y dominicanos, desde siempre no han tenido la misma valoración y criterio con relación a la moral, la ley y el derecho; estos conceptos se han ido transformando de conformidad con los cambios sistémicos que se han efectuado en nuestro medio.

 

8.- Debo hacer la aclaración de que este escrito, en los puntos que pretendo definir el comportamiento de determinados entes sociales, lo hago partiendo de mi apreciación muy personal, con lo que quiero significar que no están apegados a rigor científico alguno. Pura y simplemente, me limito a exponer mis opiniones, y nada más.

9.- Es posible que mi tentativa de acercarme a la forma de comportarse hoy las dominicanas y los dominicanos, no sea compartida por muchas personas que, talvez, tienen la creencia de que mis juicios están divorciados de la realidad dominicana actual.

 

10.- Para comprender la apreciación que hago de los sujetos definidos por su comportamiento y vicios sociales, hay que partir de que he tomado en consideración, como punto base o referencia, el ordenamiento vigente en el país en este momento, y no el contenido ni la composición social dominicana de otros períodos.

 

I.- MI PERCEPCIÓN DEL COMPORTAMIENTO HUMANO.     

    ACTITUD DEL DOMINICANO DE HOY Y DE AYER.

 

11.- El hecho de yo  haber nacido en un hogar humilde; haberme formado y desarrollado viviendo en distintos barrios populares de mi ciudad natal; ejercer intensamente  la profesión de abogado en materia penal  por más de cuarenta años; haber incidido en la vida pública, política y social de mi país por período de sesenta años; compartir en los cinco continentes con personas de distintas partes del mundo; y haber vivido   tres cuartas partes de siglo, todo esto ha hecho posible que acumule una serie de conocimientos del comportamiento humano.

 

12.- Mi madre fue una mujer muy observadora, y por ser yo un gran seguidor de sus actitudes, de ella heredé que cuando comparto con alguien trato de penetrarlo para conocer su forma de proceder.

 

13.- Por mi edad, tengo amigas y amigos, conocidos y amistades de diferentes generaciones de dominicanas y dominicanos que aún viven.

 

14.- Lamentablemente, en estos momentos hay todo un segmento de la sociedad dominicana dominado, en cuerpo y alma, por la maledicencia, la degradación y la chismografía y que, aunque no representa en número una gran cantidad, tiene incidencia en la opinión pública, por el desarrollo actual de la tecnología, lo que le permite, en forma perniciosa, dañar reputaciones bien ganadas, y sobresalir con sus ideas malsanas, cargadas de perversidad y puro veneno.

 

15.- He observado, con reflexión y sentido realista, como ha cambiado la conducta del dominicano de hoy, en comparación con la del de ayer.

 

 

II.- LA SITUACIÓN DE HOY A NIVEL DE

     COMPORTAMIENTO NO DEBE CONTINUAR.

 

16.- He decidido elaborar el presente texto tratando de identificar el comportamiento de algunos dominicanos y dominicanas de hoy, partiendo de la dinámica diaria, y mí comunicación con diferentes sectores, clases y capa sociales del país.

 

17.- Para mi sería una satisfacción que, por lo menos mis nietas y nietos, conozcan mis opiniones, plasmadas aquí, resultantes de experiencias vividas en el trato con algunos conciudadanos; con la observación de que al transmitírselas procuro que las analicen a la luz de sus propias vivencias, sin aceptar las mías como dogmas.

 

18.- Los dominicanos y dominicanas estamos viviendo una etapa penosa, en lo que se refiere a comportamientos y sentimientos, lo que revela que estamos perdiendo la valoración que ayer teníamos con relación a una serie de conceptos afectivos, que nos distinguían como pueblo sano y solidario.

 

19.- La valoración de lo bueno, honesto, cariñoso y de la amistad, no tiene ahora el sentido y alcance con el cual lo aceptamos y aplicamos en el pasado; se ha producido una absoluta transformación conceptual y praxis; la mutación es notoria; al parecer se ha efectuado una total metamorfosis en los sentimientos de muchos de nuestros paisanos.

 

20.- Espero que al momento de proceder a leer los conceptos que indico a continuación, el lector se ubique pasando mentalmente balance, a lo que ha sido su viva experiencia, en su comunicación y trato con personas que han tenido un comportamiento semejante al que atribuyo a continuación como vicio o deformación social.

 

21.- El amigo leal es hoy, algo así, como una pieza en desuso, porque se destaca y se alaba la deslealtad, la infidelidad, la vileza y cuantas bajezas caracterizan al ingrato.

 

22.- La franqueza para con las personas, amigas y amigos, se ha escondido para que ocupe su lugar la falsía, la mentira y la simulación. Con el mayor descaro se le hace al amigo una crítica sobre algo ocurrido hace varios años, y el farsante la estruja en la cara como sí estuviera ocurriendo al instante, porque el amigo falso no se franquea, sino que acumula inquina, traicionando la hermandad que simulaba profesar.

 

23.- La sinceridad, está siendo deslustrada y presentada como comportamiento propio de taimados, simuladores y aduladores.

 

24.- El Odio, se cultiva en muchas cabezas como por arte de magia. La pequeñez mental es utilizada para destilar tirria contra otros; los enconos hacen sentir bien a los mezquinos que, por debilidades personales de todo tipo, arrecian aborrecimiento ante quienes manifiestan antipatía cargada de rencores gratuitos repugnantes.

 

25.- La traición se está aceptando como acción propia de inteligentes, agudos y bien despiertos; en la medida que el traidor sienta reales en su medio social, se alaba su sagacidad, habilidad, diligencia y condición de persona que resuelve, siempre dispuesto a las operaciones propias de quien tiene sobradas condiciones para fingir, simular, y cuantas cosas sirven para destacar a la persona solapada.

 

26.- La murmuración, en nuestro medio se ha convertido en una diversión que, aunque propia de personas de baja estofa, la disfrutan aquellos que en su cerebro anidan resentimientos para dañar conductas de personas responsables, honestas y con estilo de vida ejemplar.

 

27.- La perversidad, al parecer, llegó aquí para quedarse, y vino armada de malignidad, perfidia, y la bellaquería disfrazada de bondad; el pernicioso, el malévolo, se señorea en compañía del infame, como ejemplo de lo que, para algunos, debe ser el modelo del ciudadano actual.

 

28.- Los mediocres organizan tertulias para criticar alegremente a los hombres y mujeres triunfadores por su talento y dedicación al trabajo; ellos son aquellos que en nuestro medio social viven dominados por la frustración, y alojan en su cerebro toda clase de porquería; ellos siempre se colocan en firme para, a una sola voz, en concierto mezquino, vomitar tirria contra las victimas de sus maquinaciones.

 

29.- La envidia, alojada en cerebros letrinos, se mueve con alegría para destruir con furia a quien, en virtud de su talento como artista, deportista, médico, abogado, ingeniero, empresario, estudiante, líder político, etc., ha triunfado en la vida. El envidioso se siente bien cuando ha concluido su objetivo de aniquilar al que ha sometido a su suplicio.

 

30.- El mentiroso es una pieza clave en el circulo de personas que no sirven, sirven muy poco; por su utilidad, el que miente tiene un espacio asegurado en aquellos que precisan de la calumnia y el chisme para triunfar con malas artes; el mentiroso teme, como el diablo a la cruz, a la verdad sincera y a la fidelidad.

 

31.- El egoísta, luce triunfante en el sentir de quienes ven en esa tara social, una forma de justificar su actitud individualista; considerándose derrotado el altruismo, la codicia se convierte en cultura estimulante para el avaricioso.

 

32.- El alabancioso, como farsante al fin, siempre encuentra una salida adecuada a su ocurrencia; por ser jactancioso y carecer de las virtudes que dice tener, está presto para, con una respuesta sinvergüenza, creer que ha quedado bien; se siente molesto ante las personas sencillas, porque su comportamiento altanero y petulancia vana, lo hace una persona disolvente.

 

33.- El canalla, es un ente social muy valorado en la sociedad de hoy, porque le sirve a todo aquel que persigue dañar a los demás con sus acciones cargadas de perversidad y abyección; tiene de cómplice permanente a la gentuza disfrazada de decencia y al infame simulando nobleza.

 

34.- La corrupción, ha sido presentada como un asunto pecaminoso, personal, y no como un fenómeno social ligado indisolublemente al sistema social que impera aquí; al hacer de la corrupción un asunto que atañe a personas, se le quita el carácter sistémico a la misma, manteniéndose embullados a estúpidos y confundidos, al limitarse la lucha contra personas corruptas, olvidándose del sistema que genera la corrupción.

 

35.- La disciplina, como forma de ejecutar acciones con responsabilidad, está siendo despreciada porque, para ciertas personas, entraña ridiculez estar sometido a un orden mental que se ha de cumplir con rigidez; se prefiere la anarquía, la vida dúctil.

 

36.- El éxito, ha dejado de ser el resultado del esfuerzo para salir adelante dentro de las reglas claras de la sociedad; algunos creen que da lo mismo llegar a él con la trampa que con el esfuerzo.

 

37.- El triunfador no puede disfrutar el éxito alcanzado, porque hay que amargarle la vida con diatribas, invectivas e infundíos; la pluma libelosa está siempre presta para servirle al aliado de la mendacidad y la inquina.

 

38.- La marrullería, es laureada y glorificada, convertida en celebridad, mientras que el exitoso es tratado como insignificante.

 

39.- La laboriosidad, se está interpretando como un exceso de esfuerzo de parte de aquel que busca elevarse por medio del trabajo; por el contrario, para algunos, la arrogancia, la vagancia, y la apatía, se están convirtiendo en virtudes.

 

40.- La inteligencia, va cediendo su espacio, porque el listo, avispado, estúpido y zopenco, sobresalen por encima de quien demuestra ingenio, talento y lucidez; para ciertas personas, el intelecto, la razón y la capacidad pueden ser alcanzados por medio del dinero.

41.- Los prejuicios, que en nuestro país dominan muchas cabezas mal amuebladas, se dirigen hoy, no solamente contra los haitianos negros, sino que también se extienden a las mujeres y hombres que ejercen su derecho a la preferencia sexual; contra ellos se utilizan palabras hirientes para zaherirlos, humillarlos, ofender a los que son homosexuales o lesbianas. La predisposición contra aquellos que ejercen su preferencia sexual, es obra de algunos de los hipócritas que aquí pregonan la libertad de sexo.

 

42.- El vecino, el más cercano de tu vivienda que antes considerabas como el aliado más próximo, hoy te ve con suspicacia e inquietud; se ha perdido la confianza en el lindante; hay un trato de forasteros entre los residentes inmediatos, que se ven como si fueran extraños unos y otros.

 

43.- La cortesía, al ser de tampoco uso en la actualidad, y al no practicarse, se ha mohoseado como un concepto vetusto, extraña a la modernidad; el que hoy la práctica luce fuera de época, porque la finura y la gentileza han desaparecido del código mental de muchos de nuestros conciudadanos.

 

44.- La solidaridad que es la más alta expresión de la especie humana, tiene como respuesta la traición hacia aquel que extendió su mano generosa, en una coyuntura difícil de la vida personal y familiar, y es hoy a quien se le muerde; se está haciendo de la felonía línea de conducta contra quien  practica la benevolencia.

 

45.- El amor de una persona hacia otra, como manifestación y sentir del alma, se ha desnaturalizado por el utilitarismo y mercantilismo, al estar el dinero de por medio; lo material está arrodillando a lo espiritual, y la codicia aniquilando el idealismo; lo que pinta el panorama sentimental es que lo tierno, suave y apasionado se está escondiendo, cediendo el paso en forma sumisa a lo odioso y execrable.

 

46.- La hermandad se ha ido deteriorando como consecuencia del agrietamiento familiar; ya no se transmite el calor solidario de los lazos afectivos resultantes del parentesco; la armonía que debe primar en el hermanazgo se lo traga la discordia que vigila para dividir por cuestiones materiales a quienes deben vivir para siempre en la confraternidad.

 

47.- La libertad, quienes la valoran mal por no haber luchado por ella, comportándose libertinos, hacen de la misma un uso abusivo, como si fuera una ramera, tratándola sin limitación, a su gusto y decisión, no tomando en consideración la libertad y derecho de los demás; perturbando en forma desenfrenada y caótica, la verdadera libertad, por la que tantos dominicanos y dominicanas han dado sus vidas, o sacrificado parte de ellas.

 

48.- El dinero es la mercancía más apreciada en el sistema que predomina hoy en nuestro país; para algunos es la razón de vivir, llegando a considerarla la prenda por excelencia a exhibir por aquel que hace de las cosas materiales el símbolo de sus virtudes; el afán por el dinero esclaviza y ha llegado a convertir al ser humano en un excremento.

 

49.- El pícaro, el malapaga, en el medio social nuestro es algo que, como el carnaval, forma parte del folklor nacional; el que toma algo a crédito y no lo paga, se convierte en una celebridad; quien abusa de aquel que le vendió en base a la confianza, a crédito, se convierte en un personaje famoso.

 

50.- El cuento es el medio al que recurre quien carece de seriedad para justificar su irresponsabilidad, el incumplimiento del deber y la palabra dada; en el medio social dominicano, el cuentista dispone de un arsenal de medios, astucias, tretas y artimañas variadas para, con juego de palabras, buscar una salida propia de golfo.

 

51.- El resentido es un peligro social, se siente mal con el buen trato que se le brinda, o con la indiferencia hacia él; no hay forma como agradarlo; crítica al que progresa y al que se queda rezagado; se amarga la vida al conocer el éxito de otros; mantiene su corazón en estado de quemazón; cuando ríe lo hace de burla, y cuando llora es de satisfacción por la alegría del mal ajeno.

 

52.- El adulón y el servil, son hermanos gemelos. En sociedades como la nuestra abundan, se multiplican como la verdolaga y los conejos; viven del cuento, de hacerse los graciosos; tienen palabra de elogios para cada persona; la sumisión, la vileza y la lisonja las viven intensamente; no merecen nada de confianza, mientras más alejados están, mucho mejor; se caracterizan por ser zalameros, empalagosos y chistosos de mal gusto.

 

53.- El indiscreto, primero busca ganarse la confianza de sus víctimas, y luego se hace el necesario por guardar el secreto confiado; busca la información como un fisgón, simulándole amistad a quien se fía de él; el indiscreto, como el chismoso, no guarda verdades ni mentiras; por lo regular los indiscretos son imprudentes, intrigantes y fingidores.

 

54.- El jactancioso es una figura de no muy añeja aparición notoria en el medio social dominicano; es fácil de ubicar porque se presenta siempre como vanidoso, como quien no cabe dentro de su cuerpo; la petulancia lo ciega, hace gala de ser todólogo, se empequeñece por su arrogancia; es un engreído que se pavonea hasta exaltar su propia persona; la generalidad de las veces sus actuaciones motivan hilaridad colectiva.

 

55.- El abusador está en todas partes como persona despreciable, siempre presto para ejecutar cualquier acción irrespetuosa contra otros; actúa sin comedimiento alguno, y se excede en la confianza dada; tiene mucho de desfachatado y atrevido; es descarado y cara dura, haciendo las cosas como si hubiera procedido con serenidad y prudencia.

 

56.- El cínico es la repugnancia personalizada; se comporta con el mayor descaro, no es de fiar y debe generar desprecio a cualquier persona sensible; procede en forma desvergonzada, burlona, simuladora y fría; en su conversación es punzante, irónico y sarcástico.

 

57.- La lacra social abundante en nuestro país, está representada en cualquier ser humano nocivo, carente de virtud y mérito alguno; sólo sirve para dañar, no genera nada útil para la sociedad donde habita, es algo inane.

 

58.- El descarado y el desvergonzado, andan de la mano, hasta el punto de que no resulta fácil de individualizar, razón por la cual hay que darles igual trato, como atrevidos, vulgares y groseros de esencia antisocial; son insolentes, carecen de franqueza, sentido de sinceridad y les acompaña siempre la doble cara y el cinismo.

 

59.- El oportunista va desarrollándose en la sociedad dominicana en forma vertiginosa, porque en la medida que el orden social entra en crisis, el oportunista se destaca por su comportamiento utilitarista, y aprovechador de las circunstancias; él es sumamente astuto, taimado y sinuoso; lleva una vida donde está ausente la nobleza; es artero y, por tanto, su persona no es fácil de descubrir en su actuar aleve.

 

60.- El infame es un maldito, carece del sentido de la honestidad; piensa y procede con perversidad; por naturaleza es repugnante y depravado; de pensamientos horribles, capaz de realizar cualquier acto asqueroso; forma parte de los seres humanos que nunca debieron de haber nacido, porque llegan al mundo a mancillar el país donde nacen.

 

61.- El depravado, no hay que hacer mucho esfuerzo para identificarlo, porque su forma de ser lo delatan al diferenciarlo de cualquiera que no sea malvado, malévolo e inmoral; el depravado hay que verlo como la degeneración personificada, el perverso hecho realidad; su presencia quita higiene al medio social donde vive y desarrolla sus actividades.

 

62.- El chismoso es una figura que en nuestro país ha sobresalido en todo el curso de nuestra historia, por ser embustero, intrigante, calumniador y sembrador de cizaña; es un charlatán por convicción, cultiva los líos, y no quiere ninguna buena relación con la persona seria y defensora de la verdad.

 

63.- El ingrato hay que mantenerlo lo más alejado posible; encierra en su persona las cualidades más despreciables del ser humano, entre las que se destacan la deslealtad y el egoísmo; también hay que identificarlo como malagradecido, infiel y taimado.

64.- El acomplejado es muy difícil de complacer; con nada se siente a gusto; se comporta, unas veces con arrogancia, y otras como retraído; se manifiesta desconfiado, enigmático, reservado e introvertido. Es sumamente incomprensible.

 

65.- El arrogante se cree por encima del bien y el mal; es petulante, jactancioso y soberbio en extremo; no conoce la humildad y rechaza la sencillez; es pretencioso y ama la vanidad.

 

66.- El arbitrario está al margen de todo comportamiento civilizado; no tiene espacio para compartir con personas sensibles y de bien; vive apegado a la injusticia, y a todo aquello que significa desprecio al ser humano.

 

67.- El entremetido es un ser humano que hay que tratar con sumo cuidado, con prudencia extrema; procura conocer las confidencias de las amistades, para luego hacer de las mismas objeto de chismes; cultiva la curiosidad como un arte, y es irrespetuoso en demasía.

 

III.- ACTUACIONES DESNATURALIZADAS A LA LUZ

      DE LA REALIDAD DE HOY.

 

68.- El accionar de algunas personas no tiene igual valoración ahora, en comparación con la apreciación que de la misma se tenía anteriormente. Veamos.

 

 

69.- La mujer o el hombre que rechaza lo pecaminoso, hoy es considerado como un pendejo, estúpido, bobo y gran pelele; ha tomado su imperio el desenfreno, la indecencia y la deshonestidad.

 

70.- En la presente coyuntura se eleva al sinvergüenza y canalla que practica la vagabundería; se santifica a los pillos y al granuja, que se burlan de los hombres y mujeres decentes.

 

71.- Competir con lealtad, es cosa del pasado. Se busca aniquilar al adversario recurriendo a las malas artes, a los golpes bajos; contender se ve como luchas de fieras donde todo se vale, los medios limpios y los sucios, lícitos e ilícitos; las zancadillas cuadran en la emulación; el contrabando, el dumping, la evasión fiscal y el tráfico de influencia forman parte, como reglas de oro, de la competencia entre algunos empresarios y comerciantes; sobornar jueces y comprar dictámenes fiscales, están dentro de las reglas de competencia de los profesionales del derecho. En una emulación entre estudiantes del mismo grado escolar, para probar el talento y la capacidad, los mediocres hacen uso del fraude, el chivo, para vencer a los talentosos y capaces.

 

72.- El ciudadano modelo, es el que aquí acepta las imposiciones desde las alturas del poder político con total sumisión; el que se revela contra el despotismo oficial, es visto como un espécimen extraño que merece ser observado con celosía y desconfianza.

 

73.- El munícipe que se interesa para que su ciudad funcione acorde con las reglas de decencia, se le responde enfrentándolo con las armas más bajas de la mediocridad, insignificancia y mezquindad. La lacra social sirve como palanca para atacar al que se opone al desbarajuste, al caos municipal institucionalizado.

 

 

74.- Aquel que lleva una vida con honradez e integridad, de seguro que estará en la picota; en las lenguas más venenosas, presentándolo como corrompido y deshonesto; golpear moralmente, vilipendiar, escarnecer y detractar a los ciudadanos y ciudadanas decentes, divierte a los malvados.

 

75.- La fama bien ganada con el talento y el esfuerzo propio, procuran destruirla, difamarla, desprestígiarla y denigrarla, para que la fama se convierta en una carga vergonzosa del famoso.

 

76.- La mujer o el hombre que se comporta con responsabilidad, es minimizado, identificado como difícil de tratar, incomodo; y como contrapartida es exaltado el vacilante, indeciso y titubeante; el que demuestra firmeza es considerado como testarudo, disolvente y disonante.

 

77.- La excelencia escolar, ha dejado de ser un orgullo como mérito estudiantil; se valora igual al estudiante mediocre que aquel que, por dedicación y talento, se eleva y merece ser distinguido; el estudiante que resulta promovido de curso con un promedio de 60 en sus materias, se considera de igual valía que aquel que tiene calificaciones excepcionales de 95.

 

78.- Padre de familia responsable, es presentado hoy como el que trabaja de sol a sol para satisfacer las pretensiones y exigencias desmedidas de sus hijos, aunque no se ocupa de orientarlos en la buena conducta dentro y fuera del hogar.

 

79.- El abuelo agradable, es hoy aquel que se hace de la vista gorda ante el comportamiento reprochable de sus nietas y nietos; los premia con cosas materiales sin merecerlas; celebra que su nieta, de 13 años de edad, sea aceptada con los amores en la casa de su padre, para que no se vea con el novio en el cine o en los moteles.

 

80.- El vestir con recogimiento y delicadeza ya no es una preocupación; los hombres se sienten bien con una cachucha en su cabeza, colocada torcida; un arete en cada oreja; unos calzados sin medias; una camisa sostenida con un nudo en el centro; un pantalón excesivamente ancho descansando, no en la cintura, sino en el comienzo de los dos glúteos. Las mujeres, algunas utilizan brasier, y siempre, por lo regular, se lo colocan de forma tal que se les vean los senos o insinúan dejarlos ver; las blusas, casi siempre transparentes; los pantalones, con la moda por debajo del ombligo, casi exhibiendo su vulva, sostenido al comienzo por sus nalgas, no sin antes dejar ver un reluciente tatuaje; el calzado puede ser cualquier cosa.

 

81.- Los sicarios morales, ubicados principalmente en los medios de comunicación, por encargo y paga, y excepcionalmente por envidia, se ocupan de asesinar reputaciones bien ganadas; aprovechan la libertad de expresión y de prensa, a los fines de envenenar a la opinión pública sana, lesionando a terceras personas.

 

82.- Los inteligentes podridos, ponen su capacidad al servicio de las peores causas, sin importarles que con su accionar dañan a familias enteras, que gozan de respeto merecido en la sociedad; la respiración de estos inteligentes corrompidos contamina el medio ambiente, y a toda la sociedad.

 

83.- La caballerosidad de fachada, es aquella artificial, que en nuestro medio se mueve con elegantes trajes, en costosos vehículos, y hasta en helicópteros, pero en el fondo no son más que pura apariencia; viven de hacer bultos, no son personas de fiar.

 

84.- El abogado promiscuo, es aquel que, sin miramiento alguno, acepta trabajar cualquier expediente, sin importar lo repugnante que sea; procede, algo así, como una meretriz de la toga y el birrete.

 

85.- El médico comerciante, es el que trata a los pacientes como clientes, y considera la salud y la medicina como mercancías. Esta especie de galenos es, principalmente, de la nueva época.

 

 

IV.- DEBEMOS PREOCUPARNOS POR CAMBIAR LA

     REALIDAD DOMINICANA DE HOY.

 

a.- Los dominicanos y dominicanas debemos aspirar a vivir bajo un orden social que descanse en lo que engrandece a los seres humanos: el sentido de lo justo, honesto y digno.

 

b.- Hay que difundir las ideas que contribuyen a la convivencia armoniosa y fraterna, desterrando por completo aquellos comportamientos que reducen a las personas.

 

C.- La hidalguía nos ha de servir de guía en el trato con los demás, para que se conserve el magnánimo como expresión de los que en nuestro país levantan la voz de redención, para los que reclaman una vida menos pesada en lo material y espiritual.

 

d.- Preocuparnos por predicar y practicar aquellas ideas que alegran el espíritu, y nos hacen sentir bien, en procura de lograr una existencia llevadera en todos los órdenes.

 

e.- Comprender que lo indeseable no puede anidarse en nuestro cerebro; lo grato ha de servirnos de guía en todas nuestras acciones para el bien de la sociedad dominicana.

 

f.- La indiferencia, la apatía, no cuadra en las personas de bien; debemos cultivar el afecto sincero, la inclinación permanente hacia la solidaridad.

 

g.- Los ideales hermosos que generan progreso y felicidad colectiva, se han de alcanzar con la unidad de acción de los mejores hombres y mujeres de nuestro pueblo.

 

h.- Las mezquindades y pequeñeces deben ser sepultadas con las acciones generosas, con el gesto de desprendimiento que identifica a quienes abrazan las causas justas.

 

i.- La desigualdad no puede continuar siendo una maldición; una afrenta, un escarnio para los que creemos en la justicia y en la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos.

 

j.- Debemos esforzarnos para hacer comprender a nuestras niñas y niños, que hagan conciencia de que ellos serán los artífices de las futuras generaciones, comprometidas con la erradicación de todo lo que signifique desigualdad, discriminación y miseria.

 

k.- Las mejores y más gloriosas tradiciones de nuestro pueblo, han de ser asimiladas por aquellos que hoy se levantan formados como los jóvenes del porvenir, constructores de una sociedad nueva, renovada, de ciudadanas y ciudadanos virtuosos.

 

l.- El dinamismo que caracteriza a la juventud se ha de poner en evidencia con la derrota de todos los que signifique apatía, angustia, depresión y debilidad.

 

ll.- Nuestro país no puede seguir viviendo bajo la resignación y los lamentos. Las quejas tenemos que convertirlas en sonrisas; la angustia en tranquilidad; las anatemas en elogios, y la afrenta en una reivindicación.

 

m.- La presente y futuras generaciones de dominicanos y dominicanas, han de cambiar de comportamiento, para eliminar de su conciencia todos aquellos conceptos que reducen y separan a los hombres y mujeres de bien.

 

n.- El amor, la comprensión, y la solidaridad, como la más alta expresión del ser humano, han de ser la guía del accionar de lo que en verdad se llama pueblo dominicano.

 

ñ.- Una sociedad enferma precisa que se eliminen por completo las causas que generan sus padecimientos; en el caso de la dominicana, se impone el accionar de facultativos dispuestos a extirpar los tumores sociales malignos, insertos en el sistema; nada de curanderos sociales que quieran aplicar, como bomberos ante un fuego, remedios de brujos.

 

 

o.- Al elaborar este texto no ha pasado por mi cabeza generalizar con relación a determinado sector, clase o capa social; sólo he querido describir las taras que revelan en su comportamiento muchos individuos con los cuales departimos a diario.

 

p.- Llamo la atención para que todo aquel que tenga la posibilidad de leer este documento comprenda que el autor no quiere, en lo absoluto, que en nuestro país exista persona alguna con uno cualquiera de los vicios o taras indicadas; pero una cosa es lo que uno quiere, desea, aspira; y otra; la que pinta la realidad; y la verdad es que a diario estamos compartiendo con personas que cuadran perfectamente, en su comportamiento, con las definiciones que hemos dado.

 

Santiago de los Caballeros,

                 20 de marzo de 2013.