José Reyes Martínez
Especial/Caribbean Digital
SANTIAGO, RD./El presidente Danilo Medina ha cumplido treinta días de gestión de gobierno, un corto tiempo en el que ha demostrado una positiva voluntad de asumir la enorme responsabilidad que conlleva conducir la nación, ya que desde el 16 de agosto su persona constituye un liderazgo que ha despertado la esperanza y el optimismo en la sociedad.
Revestido de comprensión y solidaridad, Danilo Medina ha concitando la confianza ciudadana que había sido permeada por la desilusión y las fallas del modelo excluyente, autoritario y conservador que ha predominado en historia de la vida política de la nación.
Su sentido humanista del ejercicio público, sin dudas, ha impactado positivamente en las expectativas de los dominicanos, porque han observado las posibilidades de que en esta gestión de gobierno se pueden transformar sus condiciones de vida.
Con esos objetivos, en la campana de la electoral y ahora en su breve gestión, el presidente Medina ha ido creando espacios de comunicación con todos los sectores sociales, para conocer los problemas y las propuestas que son le son planteados para involucrarse en su compresión y posible de solución.
Es decir, la nación está en presencia de un estadista que promueve y estimula la comunicación con toda la sociedad: con la gente sencilla, los empresarios, inversionistas, organizaciones sociales y las comunidades cristianas, para coordinar juntos las tareas y los desafíos que tiene el país por delante.
Un aspecto específico de vínculo es la presencia del Presidente en el sector de La Barquita, un barrio pobre a orillas del rio Ozama, marcado por la marginación y la insalubridad. Un claro referente de comunicación que busca involucrar a los propios ciudadanos en el rescate planeado e integral de su propio sector, que tiene como coordinador al notable sacerdote Gregorio Alegría.
La sociedad tiene la certeza, con Danilo Medina al frente del Estado, de que es posible afrontar los problemas con eficacia y empeño aún en medio de las dificultades, y de que se pueden emplear los recursos públicos con un alto sentido de costo-beneficio, de manera que se perciban efectivos resultados en todos los segmentos sociales.
En este proceso de la vida nacional, la nueva dirigencia que ahora tiene la conducción del país, debe continuar involucrando a todos los sectores organizados y sensatos de la sociedad en la discusión de la inminente reforma fiscal, con miras a identificar los ingresos públicos que requiere el Estado para afrontar los más urgentes problemas nacionales.
Esta es la prioridad más importante que tiene la nación por delante, para impulsar, como diría el experto francés Jacques Attati, “la cohesión social y el desarrollo”
El autor es periodista