Una vecina de El Molar, Madrid, regresó a su casa tras unos días de vacaciones. Al llegar vio que estaba la luz encendida y creyó que se la había olvidado prendida. Sin embargo, al querer ingresar se encontró con la puerta abierta y una sorpresa: personas desconocidas estaban viviendo en el lugar.
Según le dijeron los ocho okupas, habían ‘comprado’ el departamento por 600 euros «a un tal Hassan». La mujer fue inmediatamente a hacer la denuncia ante la Guardia Civil, que ya estaba notificada de la ocupación porque los vecinos habían llamado unos días antes.
Además de que su casa fue usurpada, la afectada denunció que sus muebles ya no estaban en la residencia. Se sospecha que los nuevos habitantes los vendieron.
Cómo sigue
La víctima alquilaba la residencia al banco Obra Social La Caixa, dueño del inmueble. Vivía en el piso con un contrato de alquiler solidario, de 149 euros mensuales, dirigido a personas con bajos ingresos. Lo había firmado en 2015.
Ante esta situación, el banco aseguró que necesita una constancia oficial de la denuncia y luego esperar a que un juez resuelva al respecto. El desalojo solamente puede ser dictado por un tribunal. Mientras tanto, ni la Policía local ni la Guardia Civil puede entrar a desalojar a los okupas.
La mujer decidió irse a vivir a la casa de su madre en Vallecas y aseguró que más allá de la resolución del conflicto, no volverá al pueblo.
Los vecinos de El Molar han manifestado que en los últimos tiempos las ocupaciones se han dado con mucha mayor regularidad y que tienen miedo. Además, afirman que la delincuencia también ha aumentado en el distrito.