En teoría “el cliente dominicano” siempre tiene la razón

José Alfredo Espinal

Editor/Caribbean Digital

La gente cree en ocasiones que está pidiendo favores cuando se dirige a una empresa privada o institución estatal a reclamar por un servicio.

 SANTIAGO, República Dominicana.Esa vieja creencia de que el cliente siempre tiene la razón no se aplica en muchas de las empresas privadas e instituciones públicas del país.

Fuente: Google.

El personal administrativo (de oficinas) y de quinta categoría (auxiliares o servicio al cliente) a menudo, con su rostro de pocos amigos y su forma errónea de comunicarse con los demás deja mucho que hablar.

En el país, el personal de grandes empresas reconocidas a nivel nacional e internacional, así como dependencias estatales que son frecuentadas por los ciudadanos, muchas veces, ultrajan a los clientes hasta sin proponérselo.

El problema radica, en ocasiones, que muchos empleados desde el más alto rango y el de poco nivel no son recompensados por su trabajo, no tienen la preparación adecuada para ocupar el puesto o simplemente actúan de acuerdo a sus preceptos propios.

Contrario a otros países como Estados Unidos, Venezuela, México, enla República Dominicanael cliente podría tener razón dependiendo de su condición económica, política o social.

En las compañías telefónicas y en las estatales como en las empresas eléctricas, por ejemplo, el cliente pocas veces gana sus casos, es decir, casi nunca tiene la razón.

Incluso, aquí hay empresas públicas y privadas que recaudan millones de pesos semanales que ni siquiera cuentan con baños para que sus clientes en  un momento determinado puedan realizar sus necesidades fisiológicas, tampoco cuentan con parqueos y mucho menos condiciones para que la persona pase mas de una hora en el interior del establecimiento.

Las políticas de relaciones públicas de muchas empresas no funcionan. Y esa deficiencia se refleja en el personal que está destinado a atender a los ciudadanos.

La gente cree en ocasiones que está pidiendo favores cuando se dirige a una empresa privada o institución estatal a reclamar por un servicio.