JOSÉ ALFREDO ESPINAL
SANTIAGO.- Los derrumbes que amenazan con hacer colapsar a decenas de viviendas del barrio San José La Mina, al sur de esta ciudad, así como la masiva presencia de ilegales haitianos mantienen con preocupación a los residentes en esta zona.
Los moradores dicen que tienen décadas reclamándoles a las autoridades la construcción de muros de gaviones para impedir que más viviendas sigan destruyéndose.
El presidente de la Junta de Vecinos de San José La Mina, José Francisco Consuegra, reiteró el llamado a las autoridades para que vengan en su auxilio. Dijo que los derrumbes siguen produciéndose y representando un peligro para las familias que habitan a su alrededor.
Asimismo, el dirigente comunitario criticó el accionar de las autoridades migratorios para controlar la migración ilegal de haitianos en la barriada. “Apresan 50 haitianos y al poco tiempo hay cien más en el barrio. Esto es un problema grave que nos preocupa a todos”, expresó.
“Tengo 35 años viviendo en este barrio y no he visto que las autoridades se hayan preocupado por solucionar este problema”, afirmó de su parte Santo Estrella, quien ha manifestado que la barriada está sometida al desorden.
Al referirse al problema de la presencia de haitianos ilegales, Estrella sostuvo que las autoridades de Migración acuden a cada momento al barrio y montan operativo contra los ilegales, sin embargo, dijo que cuando los extranjeros “pagan” mil pesos, de inmediato son liberados.
Otro de los residentes en el barrio San José La Mina que expresó preocupación por los derrumbes y la gran influencia de haitiano es Jorge Luis, quien acusó a los inmigrantes de crear desordenes en las calles.
“En este barrio estamos minado de haitianos que se pasan los días bebiendo, ocupando las aceras y las calles y escuchando música a alto volumen. Estamos huérfanos de autoridades”, señaló.
Nadie los escucha
Los moradores de San José La Mina hicieron un llamado directo al presidente Danilo Medina, por entender que las autoridades locales de Medio Ambiente y Obras Públicas no escuchan sus reclamos.