Ella sólo quería jugar un rato…

POR MANAURI JORGE

 

SANTO DOMINGO.-Mia Camila Féliz cumpliría 3 años en enero próximo. La familia tenía la fiesta casi lista para «la luz de la casa». La niña insistió en quedarse donde su vecina jugando con Dora y Santa Claus, quizás sólo quería compartir o tal vez, tal vez presintió la tragedia que media hora después terminó con su vida, la de su mami, tia y abuela.

Mia Camila Féliz

Los que conocieron a Mia cuentan que nunca le faltaba una sonrisa. La describen extrovertida, pícara y juguetona. 24 horas después del horrendo crimen las lágrimas no dejan de correr en el apartamento 3A del edificio 3, manzana 4712 del sector Invivienda, en Santo Domingo Este.

«Santa Cló, Santa Cló», vociferó emocionada la niña de dos años cuando entró a la casa de su vecina Evelyn Peguero, madre de su contemporánea mejor amiga.

«Ella -Mia- nunca había entrado a mi casa», cuenta Evelyn, «pero ayer lo hizo en dos ocasiones para jugar con la muñeca Dora, aunque le llamaba Santa Cló». Prosigue, «la mamá se la llevó la primera vez y la niña volvió, como si no quisiera estar en su hogar, luego se la llevaron otra vez y media hora después muere», narró Peguero, con evidente tristeza y humedad en los ojos.

Cuando Evelyn escuchó los disparos le pidió a sus dos hijas, de 3 y 6 años, que no se acercaran a la puerta. Minutos más tarde la pequeña vio por la ventana cuando un policía se llevaba a su mejor amiga cargada y bañada en sangre. «Mami, ven a ver a Mia que se la están llevando», musitó la menor de tres años.

Pero antes de que el agente del orden cargara con Mia la peripecia por salvarle la vida fue de riesgos extremos. Kisauris Sabino Méndez, tia de la menor, tenía a su sobrina cargada cuando Gabriel Lami emprendió a tiros contra sus dos hermanas y su madre.

En un intento por salvar su vida y la de su sobrina corrió hasta una habitación, pudo mover una cama para trabar la puerta y con una fuerza que no sabe describir dobló los ojales de una ventana para escapar.

Justo cuando se disponía saltar del tercer piso sintió algo líquido que le bajaba del cuello; estaba herida en la parte izquierda, pero peor aún, la niña no respondía y de su cuerpo brotaba sin cesar el vital líquido rojo. Era inevitable, Mia fue herida de muerte.

Según Diana Mercedes, pariente de las mujeres asesinadas, cuando Kisauris logró salir del apartamento el hombre la esperaba afuera para terminar la matanza. «La niña está mala, coño, mira, mira…», le gritó Sabino al homicida, a lo que supuestamente él respondió: «Noooo, yo no quería matar a la niña, no, no , no…». Se suicidó.

Llegó la Policía al lugar y de inmediato se llevan a las dos personas heridas, aunque la niña no presenta signos vitales. Antes de llegar al hospital Luis Eduardo Aybar ya las esperanzas de Mia se habían agotado, por lo que los médicos trataron de estabilizar a Kisauris que sólo preguntaba por su sobrina.

Y en la misma casa donde las sonrisas y la fraternidad no faltaban, los cuerpos de Vicky Talía Irrizari Méndez (ex pareja del homicida), Sahara Méndez Castillo (abuela de Mia), Jeimy Rossanny Luciano Méndez (madre de la menor) marcan la peor tragedia en esa familia. Pocos metros después estaba tirado el cadáver del homicida suicida Gabriel Lami.

 

Fuente: Diario Libre