El Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) está siendo investigado por un comité del Senado estadounidense debido a las fallas presentadas en el sistema de reconocimiento facial utilizado para detectar a delincuentes.
Un reporte publicado por ‘The Guardian‘ indica que la base de datos contiene fotografías de la mitad de los adultos de Estados Unidos y que las mismas fueron obtenidas sin su consentimiento.
Por otra parte, señala que el uso de algoritmos incorrectos falla el 15% de las veces en la identificación de los afroamericanos.
Sin premiso
El FBI presentó la base de datos biométrica avanzada Next Generation Identification en el año 2010, pero no informó sobre sus nuevas capacidades (como el reconocimiento facial), ni detalló sobre el impacto en la privacidad de los ciudadanos.
Se estima que el FBI hizo arreglos con 18 estados de la unión para tener acceso a las bases de datos que contienen fotos de licencias de conducir.
Diana Maurer, una funcionaria de la Contraloría General de los Estados Unidos (Government Accountability Office, GAO), declaró que el FBI «no sabe con qué frecuencia el sistema identifica incorrectamente el sujeto equivocado. Personas inocentes podrían soportar la carga de ser falsamente acusadas, lo que puede significar que los investigadores federales aparezcan en su casa o su negocio».
Durante el 2016, la GAO analizó la forma en que el FBI utilizaba la tecnología de reconocimiento facial y determinó que ese organismo policial carecía de responsabilidad, exactitud y supervisión, por lo que formuló recomendaciones sobre cómo abordar el problema, dice el reporte.
Pero el FBI, en lugar de realizar pruebas para demostrar si las preocupaciones de los ciudadanos son reales o no, «opta por ignorar la creciente evidencia de que la tecnología tiene un impacto desproporcionado en los afroamericanos», agregó Elijah Cummings, congresista de Maryland.
Investigadores investigados
Alrededor del 80% de las imágenes de este sistema empleado por el FBI corresponde a personas que no tienen antecedentes penales e incluye fotografías de licencias de conducir y pasaportes.
Esa es una de las tantas razones por las que un comité de supervisión del Senado estadounidense recibe las denuncias de políticos y activistas contra la pérdida de privacidad, quienes reclaman a los legisladores una regulación más estricta de la tecnología de reconocimiento facial que toma auge no solo entre organismos de seguridad, sino también entre empresas privadas.
«La tecnología de reconocimiento facial es una herramienta poderosa que la Policía puede usar para proteger a las personas, sus propiedades, nuestras fronteras y nuestra nación (…) pero también puede ser utilizada por los malos actores para acosar o acechar a individuos«, precisóJason Chaffetz, presidente del comité.
Calificó como «la más preocupante» la aplicación de reconocimiento facial en tiempo real, que permite a cámaras de vigilancia escanear los rostros de las personas que caminan por las calles.
Sin controles
Alvaro Bedoya, director ejecutivo del Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad Georgetown Law, aseguró que «ninguna ley federal controla esta tecnología» y «ninguna decisión judicial la limita». Lo que quiere decir que «esta tecnología no está bajo control».
Un vocero del FBI citado por el diario rechazó los señalamientos de corte racial y aseguró que el sistema de reconocimiento facial mejoró «la capacidad para resolver el crimen» y que no fue utilizado para identificar positivamente a sospechosos.