Por: José A. Toribio
“Los encantos de una ciudad, se manifiestan en sus atractivos que son el motor turístico” pero en Santiago ha sido la gran decepción con el Río Yaque del Norte, el cual se ha convertido un riachuelo y un vertedero por las grandes toneladas de basuras.
Este abandono del Río, es alarmante ante el cúmulo de contaminación en que se encuentra la importante corriente de agua que recorre cientos de comunidades y ciudades de la región Norte.
Desde su nacimiento en la Loma La Rusilla en Jarabacoa el importante acuífero recibe a su paso hasta llegar a esta localidad desechos sólidos y líquidos de decenas de comunidades, empresas y centros de salud.
El presidente de la sociedad Ecológica del Cibao (SOECI) Cresencio Rivera, manifestó que, debido a sus altos niveles de contaminación, llamó a las autoridades a declarar el río Yaque del Norte, en estado de emergencia ambiental.
El ambientalista, sin embargo, reconoció que el rescate de tan importante afluente requiere de grandes inversiones y favoreció que el Gobierno asigne recursos para lograr el objetivo, ya que esa institución ha evaluado que también el vertido de aguas residuales al caudal ha dañado las aguas.
“Muchas cañadas drenan en este río sin ser tratadas y las autoridades deben construir nuevas plantas de tratamiento de aguas negras para que estas no lleguen al Yaque del Norte sin ser tratadas”, explicó el presidente de Soeci.
El Río Yaque del Norte el más caudaloso, extenso y productivo del país y el segundo en ese renglón de América Latina con 296 kilómetros solo detrás del Amazona que mide 6 mil 800, su muerte es lenta, pero segura, lo que afectará a millones de seres y dejará de irrigar miles de tareas incorporadas a los diversos cultivos vegetativos.
El Riocon en abandono.
El Riocon, uno de los lugares turísticos más emblemáticos donde se puede ir a recrear, se encuentra en franca decadencia. El deterioro físico de los edificios de la orilla es increíble, por la gran cantidad de hierbas y basuras que existen allí.
Los parques del entorno lucen abandonados y sucios, sin el esplendor que les imprimen las abundantes y bien cuidadas áreas verdes.
La iluminación es escasa, porque la mayoría de las lámparas del alumbrado eléctrico están dañadas. Los árboles y las palmeras están en muy mal estado, mientras las aguas negras corren por aceras y contenes, en algunas zonas.