El manejo de la enfermedad de Alzheimer

Dr. Arcenio Estévez Medina

Especial/Caribbean Digital

SANTIAGO, RD.-    La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo caracterizado por una disminución de la capacidad cognitiva con modificaciones del comportamiento, alteración del pensamiento y deterioro de la autonomía del enfermo.

Dr. Arcenio Estévez Medina. Archivo.
Dr. Arcenio Estévez Medina. Archivo.

La clasificación de la enfermedad de Alzheimer se hace en base a la edad de inicio en: temprana –menos frecuente- cuando aparece antes de los 60 años y tardía –más común- cuando se presenta a partir de esta edad.

Origen y explicación de la enfermedad.

En el ser humano los estresores mentales están involucrados en muchas enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, periodontitis y también pueden ser importantes en el envejecimiento.  Cuando la enfermedad empieza temprano se cree que hay estresores que inician la disfunción celular, con déficit de acetil colina, muerte celular y aparición de las manifestaciones clínicas que caracterizan el problema.

En los enfermos con Alzheimer se han encontrado alteraciones de las regiones de una región del sistema nervioso central llamada hipocampo y esto explica en ellos las dificultades para recordar.

Se ha comprobado que en las personas afectadas por el mal de Alzheimer hay niveles bajos de acetil colina un neurotransmisor y se reporta en ellos un aumento de beta amiloide una proteína que produce placas seniles que se han asociado a la enfermedad.

Hasta hace poco tiempo se creía que la enfermedad tenía relación con niveles altos de mercurio y plomo en la sangre, pero ya se sabe, a ciencia cierta, que esta condición no representa riesgo de sufrir de este mal.

Factores de riesgo.

Tienen más posibilidades de sufrir de esta enfermedad los que cuentan con un pariente cercano con este mal, pues hay un factor hereditario importante en su producción.  Las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir del mal que los hombres.  Otro factor que predispone es padecer hipertensión arterial o haber sufrido algún traumatismo craneal.

Signos y síntomas.

En esta enfermedad está afectada la capacidad productiva y de las actividades sociales del individuo.  También hay pérdida de la estructura o de la función de la neurona.

La persona afectada empieza perdiendo la memoria de manera progresiva, se le olvidan rutas por las que transitaba a diario, los nombres de familiares cercanos, con frecuencia pierde artículos de uso cotidiano.  Presentan dificultad para hacer dos tareas al mismo tiempo.  No recuerdan hechos de su historia personal y fijan su conversación en un solo episodio de su vida o de otra persona.

Estos pacientes suelen hablar con expresiones poco claras para y a veces carentes de coordinación para sus interlocutores.

Al final de la evolución de la enfermedad presentan discapacidad para comer, ponerse la ropa, dejan de controlar los esfínteres, se orinan y evacuan sin darse cuenta (incontinencia). Muchas veces no pueden tragar y hay que ponerles una sonda para alimentarlos.

Prevención.  Todavía no podemos modificar los factores heridatarios y tenemos que aceptarlos, pero hay otros que está en nuestras manos cambiarlos, como el control de la hipertensión arterial y consumir una dieta baja en grasas saturadas.  Así como comer mucho pescado, por lo menos dos o tres días a la semana, ricos en omega tres y varias porciones de frutas frescas al día.  El consumo de vitaminas E, C y beta caroteno, que es un precursor de la vitamina A, presente en frutas y vegetales de color amarillo.

A las personas con riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer le conviene disminuir el consumo de alimentos de origen animal, incluyendo la leche, el queso y la mantequilla.  El pescado con omega tres es la excepción a esta regla.

Manejo del paciente.

La utilización de los inhibidores la colinesterasa y la rivastigmina (exelon) solo ha reportado una disminución en el costo del tratamiento, pero no ha mejorado al enfermo de Alzheimer.  No obstante, la rivastigmina fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) e hizo lo mismo con lagalantamina (rozadyne) que permite una mayor liberación de acetil colina y mejora las actividades cotidianas del paciente, pero produce efectos secundarios gastrointestinales importantes.

También se han usado mucho la acetil colina y el glutamato, que son neurotransmisores relacionados con la función de la memoria. Sin embargo, se han obtenido mejores resultados con los medicamentos que bloquean la degradación de la acetil colina a nivel del espacio sináptico.  La tacrina se utiliza bastante porque ha demostrado mejorar la función cognitiva en estos pacientes, pero los efectos secundarios, como la hepatotoxicidad (daños al hígado), han reservado el uso de este medicamento a los enfermos en los que no se puede usar otra alternativa.

El consumo de café y la enfermedad de Alzheimer.

El consumo de tres tazas de café al día disminuye la producción y la acción sobre los tejidos de una proteína llamada Beta Amiloide que se ha asociado a la enfermedad de Alzheimer.  Lo que se traduce en una gran mejoría para el paciente con riesgo de sufrir de este mal.  También se ha asociado a este efecto beneficioso para esta persona el uso de la planta conocida como Ginkgo biloba y que se obtiene en el mercado tanto en comprimidos como en gotas.

Esta acción ha sido demostrada en estudios hechos en Europa y en países de América del Norte.  Una investigación dirigida por el doctor Gary Arendash sobre la cafeína y sus efectos en la enfermedad de Alzheimer, determinó que el consumo de esta sustancia ayuda a que personas predispuestas a tener problemas de esta naturaleza mejoren su memoria.