El empezose del acabose

No recuerdo bien cuándo me dije que esto era el acabose por última vez, sorprendida por algún mensaje en los medios, que era evidentemente insultante para el observador. Pero sí que cada vez que me lo digo, me acuerdo de Mafalda diciendo aquello de «no, señora, esto es el empezose del acabose». Es decir, que todo final tiene un nuevo principio y que este anuncia la llegada de otra era. Cómo sea esa nueva etapa depende de lo que esperemos de ella. Y, sobre todo, cómo te encuentre ese fin de ciclo. La cara que mostremos a lo que nos ofende y cómo lo gestionamos con la fuerza de nuestra exposición en redes sociales. Es cierto que un cambio es una oportunidad inmejorable para hacer borrón y cuenta nueva, pero no olvidemos hacernos algunas preguntas antes de tomar el camino de manera impulsiva o, por el contrario, quedarnos paralizados ante el vértigo que supone lo desconocido.

Y es que veo acusaciones y posiciones a la defensiva últimamente que me hacen cuestionar si vamos por el buen camino. Un autobús que pone en el punto de mira a niños que pasan por un momento complicado en la opción de su identidad. Un partido político que se autodenomina ‘abierto’ al que piden que no presione a los medios de comunicación con sus mensajes directos mostrando su disgusto ante lo publicado. Una televisión pública que emite un documental como si todos los vascos opinaran que los españoles son unos paletos, una llamada de atención de familiares de huérfanos por violencia de género reclamando apoyo y sentido común para los pequeños y sus nuevos tutores, y así un largo sinfín de noticias que me hacen murmurar «esto ya es el acabose». Es el inicio de una nueva era en la que los medios de comunicación tienen mucho que aportar y en la que la opinión cercana del ciudadano, abierta y publica, toma las riendas para inclinar la balanza hacia donde le interesa a golpe de caracteres. No hay quien pare esta marea en la que, es cierto, que la criba de lo interesante es más trabajosa, pero nos llega más información, para que sea el ‘empezose’ de algo que ha costado asentar, como es la verborrea de datos con los que parecía que todo valía. No está todo acabado, llegan nuevos tiempos. De hecho, ya están aquí. Se permiten pocos abusos en el tratamiento de las personas y asuntos que nos tocan a todos y, en cuanto hay algo que se sale del tiesto, se debate y se avisa, así de rápido y claro.

Los alumnos, por ejemplo, denuncian acoso vía Facebook a la policía y las plataformas recogen firmas para conseguir la igualdad salarial entre hombres y mujeres, mientras hoy, miran atónitas a la última campaña publicitaria de una multinacional de lujo que exhibe a sus modelos cual ser maniatado, moribundo y objeto sexual. Debemos estar atentos a lo que nos llega en este momento en el que parece que estamos entendiendo cómo se están asentando las nuevas vías de información y prepararnos para un nuevo paradigma que lleva años buscando su forma para ser útil, veraz, creíble y una más entre los medios tradicionales.

De nosotros depende que esto sea un nuevo inicio, un nuevo ‘empezose’, como diría la pequeña de Quino.

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