El costo de la campaña

Juan TH
El costo de una campaña electoral a nivel presidencial, congresual y municipal, nadie lo sabe con certeza, ni siquiera el presidente de la Junta Central Electoral y sus pares del Pleno. No lo sabe el presidente Danilo Medina, como no lo supo Leonel Fernández ni Hipólito Mejía, pues en nuestro país el proselitismo no se detiene nunca, por lo tanto, no se puede cuantificar.

Juan TH
Juan TH

Dice el magistrado presidente de la JCE, Roberto Rosario, que una campaña a nivel presidencial mueve entre mil a mil 500 millones de pesos.  Estamos hablando de 30 a 35 millones de dólares. (Muy poco)

¿Cuánto cuesta la campaña del aspirante a la presidencia de la República? Depende si el candidato es del gobierno o de la oposición.  Danilo dispone de los 663 mil y tantos millones del Presupuesto Nacional, que los usa a discreción, en tanto Luis Abinader, Guillermo Moreno, Minou, Hatuey,  entre otros, no tienen prácticamente nada.  No hay comparación posible. (¡Roberto Rosario lo sabe!)

Estas serán las elecciones más desiguales, las menos equitativas y menos éticas en muchos años, pues los funcionarios están gastando a manos llenas para construir una percepción de victoria gastando, solo en propaganda y publicidad, 18 millones todos los días. (Por eso el PLD no quiere ley de partidos ni modificación de la ley electoral, para gastar y gastar. No quiere regulaciones ni controles)

En la campaña del 2012  Leonel Fernández dijo en Nueva York  que disponía de 40 mil millones,  90 millones de raciones de alimentos, petróleo de Venezuela para asfaltar hasta los callejones. ¡Y lo hizo! Danilo le costó al pueblo ente 50 y 60 mil millones de pesos  que  luego pagamos los pendejos  con impuestos.

En estos momentos solo en asfalto, como si fuera alimento, el gobierno gasta 77 millones de pesos diario, mientras en salud  solo 11 millones.

Viendo la espectacular exhibición y derroche de recursos públicos con centenares de yeepetas de lujo, que no pagan peaje, helicópteros,  inauguraciones de obras sin terminar, el incremento de las botellas,  las vallas, los afiches y la repartición de 500, mil y hasta de dos mil pesos, etc., estimo que otra vez Danilo le saldrá al país por  50 o 60 mil millones. (No olvidemos la compra del Congreso, del Comité Político y central del PLD, la del PRD y otros partidos minoritarios y de tránsfugas)

Lo que están gastando los peledeistas en la campaña congresual y municipal es asqueroso. Solo hay que observar  las esposas y los hijos de funcionarios. (Al colega José La Luz, que es mejor candidato que todas en la circunscripción uno lo aplastan con recursos del Estado. Algo repudiable)

No es cierto – desde mi punto de vista- que la campaña  dinamiza la economía  como dijera el magistrado Rosario. La campaña no genera empleos, no produce inversiones del sector privado nacional e internacional. Al contrario. La retrasa.

Lo que hace la campaña es alimentar el parasitismo, la vagancia, el clientelismo y la podredumbre ética y moral. La campaña del PLD envilece, enajena y corrompe.

No es casual que la nómina del Estado se haya triplicado en los gobiernos del PLD que con más de 600 mil personas. El 23 por ciento de los electores que aparecen en el padrón de la JCE recibe, de modos diverso, dinero del Estado, como bien lo publicó  Diario Libre en un excelente trabajo el pasado miércoles.

Ya lo dijo la presidente del Senado, Cristina Lizardo. La oposición no puede ganar porque no tiene dinero. La oposición no dispone del botín del Estado, es cierto, pero puede ganar  si hace lo que tiene que hacer en esta recta final.

Cuando Danilo dijo que para intentar reelegirse había que comerse un tiburón podrido y echar al zafacón los principios, sabía lo que decía porque eso es exactamente lo que está haciendo  de manera burda y descarada.

Esta es la campaña más inmoral que hayamos visto, la más desigual, la más rastrera, la más corrupta.