Por: Ramón Antonio Veras
El día miércoles 13 de septiembre de 1961, en horas de la mañana, desde la ciudad de Santiago de los Caballeros, me dirigí, en la ciudad capital al Departamento de Registro de la Universidad de Santo Domingo, para matricularme en la Facultad de Derecho. Luego, el 25 de febrero de 1967, fui investido en la UASD con el título de doctor en derecho.
Por mis calificaciones como estudiante laureado, me hice merecedor de una beca otorgada por la UASD, para hacer estudios especializados en Paris, Francia, la que no acepté, y preferí regresar a mi querido Santiago a ejercer la profesión de abogado.
Hoy, 50 años después de graduado y activando en la abogacía, no me siento frustrado porque he accionado junto a lo mejor de nuestro pueblo por alcanzar un ambiente real y efectivamente democrático.
Ejerciendo la profesión en mi Santiago natal, la ciudad donde nací y me he desarrollado como ser humano, he puesto mis servicios profesionales a disposición y alcance de todos los dominicanos y dominicanas que han acudido a mi para que les defienda ante sus derechos burlados o sus libertades conculcadas.
Ahora, cuando nuestra Promoción de la Libertad, de la que formo parte, celebra sus 50 años, la UASD, nos ha honrado reeditando la ceremonia realizada el 25 de febrero de 1967. En ese acto de repetición de ceremonia a efectuarse el próximo día miércoles 15 de febrero en curso, a las 4 pm, en el Auditórium Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir, de dicha universidad, es mi deseo encontrarme únicamente con familiares, amigas, amigos y amistades.
La exclusividad de las personas que quiero estén presente es porque en los familiares veo mi sangre; en los amigos y amigas, la fidelidad prolongada, y en mis amistades siento que me están enviando un mensaje de valoración.
Los momentos especiales de la vida, y para mi la reiteración de la investidura es uno de ellos, se comparten con personas que alegran la existencia, no así con aquellos que con su sola presencia crean pesares, amarguras y permanente aflicción.
El próximo miércoles 15 de febrero quiero pasar con los míos un instante, que en el fondo de mi alma será una eternidad para no olvidar nunca.