Redacción/Caribbean Digital
SANTIAGO, RD. El Fondo para el Desarrollo (Fondesa) ha ofrecido oportunidades de inversión a microempresarios, productores rurales de pequeña escala y familias de bajos ingresos y una muestra de ello es el apoyo que dado al sector de los salones de belleza, en la actualidad con una cartera de RD$40 millones de pesos, distribuidos en mil salones de belleza en la región del Cibao.
Cristian Reyna, presidente de la institución, dijo que durante sus 30 años, han venido contribuyendo substancialmente a la reducción de los niveles de pobreza a través del financiamiento de actividades microempresariales, con una alta capacidad para generar ingresos y empleos productivos.
Al participar este miércoles en la puesta de circulación del libro “Pelo Malo, Pelo Bueno: estudio antropológicos de los salones de belleza en la República Dominicana”, Reyna dijo que los salones de belleza son principalmente manejados por mujeres que han demostrado ser excelentes administradoras.
Fondesa fue la institución contraparte de la puesta en circulación de esta obra, presentada por el Fondo para el Financiamiento de la Microempresa (Fondomicro).
La obra revela que existen mas de 55 mil salones en toda la geografía nacional que generan mas de 150 mil empleos.
El libro es de la autoría del antropólogo norteamericano Gerald F. Murray y la socióloga dominicana Marina Ortiz. El prólogo de la obra es del historiador Frank Moya Pons.
Los autores de “Pelo Malo, Pelo Bueno”, afirmaron que los salones de belleza constituyen una de las actividades micrompresariales mas numerosas del país.
Una de las tesis centrales de los autores es que la dictadura de la piel blanca ha sido reemplazada por otra dictadura estética: la del pelo lacio. “El país ha pasado desde una pigmentocracia hacia una pelocracia”, aseguran.
La obra revela las veces que las dominicanas van a los salones de belleza, trata sobre el pelo lacio, hibrido, las destrezas avanzadas de las peluqueras dominicanas, entre otros temas importantes sobre el tipo de pelo y los componentes que utilizan las mujeres criollas.