Columna Rincón Deportivo: Le será difícil…

Por Domingo Hernández

SANTIAGO, RD.– El filipino Manny Pacquiao proyecta reaparecer el próximo 15 de julio del presente año, en Kuala,Lumpur.

Su rival lo será el argentino Lucas Matthysse, a quien disputará el campeonato mundial de los werters -147 libras- versión Asociación Mundial de Boxeo –AMB-, en duelo pautado a 12 asaltos.

Pacquiao tratará de recuperar el trono universal de los welters que una vez fue suyo, después de más de un año sin pelear (su último combate fue una derrota cuestionable en Australia ante el local Jeff Horns, en junio del 2017, cuando perdió la faja de ese peso avalada por la Organización Mundial de Boxeo –OMB-=).

Frente a Matthysse Pacquiao saldrá como claro favorito y es muy posible que recupere la corona, a no ser, desde luego, y es una posibilidad, que el argentino, quien es un fuerte pegador, su principal virtud, lo sorprenda con un golpe y lo ponga nocaut (su marca es de 39-4, con 36 triunfos por la vía rápida).

Sin embargo, al astro asiático le será muy difícil, por no decir imposible, volverse a consolidar como un campeón sólido en la división o, lo que es lo mismo, permanecer un buen tiempo con la diadema en su poder.

Ocurre que, para nadie es un secreto, Pacquiao ya vio pasar sus mejores días. Es un hombre que ya ronda los 40 años de edad –tiene 39-, 23 de ellos como profesional, en una carrera intensa, en la que ha sostenido cruentas batallas con lo mejor de las ocho divisiones por las que ha transitado, razón por la que está muy trabajado y golpeado.

De hecho, es prudente señalar que, de sus siete derrotas, tres de ellas han sido por nocaut –suma 59 triunfos, con 38 nocauts y dos empates. En otras palabras, Pacquiao está quemando sus últimos cartuchos, como se dice en el argot popular, cuando a alguien le queda poco en una carrera o actividad determinada.

A ello se suma el que la categoría welter, una de las más competitivas históricamente, está poblada de talento, la mayoría muchachos jóvenes, en quienes se vislumbra está cifrado el futuro de las 147 libras.

De vencer a Matthysse, como se espera, es lógico de que Pacquiao tendrá oferta para medirse a hombres como:los norteamericanos Terrence Crawford, flamante campeón mundial de la OMB, Errol Spencer Jr, rey de la FIB, y Keith Thurman, monarca de la AMB, en condición de supercampeón y quien se ha tomado una licencia por razones de salud, entre otros.

A lo mejor, inclusive, también tenga la opción de medirse al ganador de la pelea que sostendrán próximamente el boricua-norteamericano Danny García y el estadounidense Shaw Porter, quienes se disputarán la diadema vacante de la categoría del Consejo Mundial de Boxeo –CMB-.

Frente a cualquiera de éstos, Pacquiao tendría muy pocas posibilidades de victoria. Ello por razones de edad y de desgaste. Es decir, el deterioro que ya han experimentado las brilantes facultades que exhibió en su mejor época.

En el caso de todos los mencionados, se trata de pugilistas jóvenes y en su plenitud de facultades, al margen del gran talento que cada uno de ellos alberga.

De ahí la posibilidad de que esta leyenda del boxeo filipino y mundial, fracase en el supuesto de que logre vencer a Matthysse e intente seguir adelante y enfrente a cualquiera de los pugilistas citados.

Lo ideal, el retiro…

Ello explica que, lo ideal entonces, sería que Pacquiao, tan pronto enfrente a Matthysse, se retire del boxeo definitivamente –gane o pierda-. Ya no tiene más nada que buscar en un deporte al que le dio demasiado y en el que cosechó lauros extraordinarios y se colocó en un sitial excepcional –entre ellos,el haber sido el único en ganar títulos mundiales en ocho pesos diferentes-. Sería, pues, la decisión más sabia que pudiese tomar para que se dedique a la política a tiempo completo, en donde luce tener un mejor futuro –ya fue diputado y actualmente es senador por su país, y se dice, que aspira a ser presidente-. En el boxeo ya prácticamente agotó su ciclo. PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES:A propósito de Pacquiao, es importante recordar, que éste enfrentó al dominicano Agapito Sánchez, el 10 de noviembre del 2001, en San Francisco, California, en un pleito de unificación (el criollo exponía la faja de los supergallos de la OMB y Pacquiao la de la FIB). El resultado fue empate técnico en seis rounds, en una contienda que debió pararse por una herida del filipino, producto de un cabezaso accidental del quisqueyano, quien, hay que reconocer, presentó férrea oposición al tagalo). ¡Suena la campana! ¡Climmp!