Carta a mi hija

ALEJANDRA CARDOZA

Querida hija:

Espero esta sea una de las primeras cartas que leas, pues te ayudará a entender desde temprana edad, quién eres y para qué estás aquí en la tierra.

Desde 1977 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer” .
Desde 1977 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer” .

Desde 1977 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer” para en cierta manera celebrar diferentes eventos que iniciaron a mediados del siglo XIX y culminaron en el siglo XX, la mayoría con un lema principal: “La igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”.

Estos grupos feministas lucharon para reclamar la libertad que debían tener las mujeres. Si bien lograron sus propósitos, los cuales han sido positivos en algunas áreas, su logro también abrió un río furioso el cual no ha encontrado cauce.

Hija, tú no naciste mujer el día que este grupo decidió vociferar sus deseos, tú naciste mujer por obra y gracia de Dios, quien te hizo: valiente, inteligente, fuerte, sabia, trabajadora, noble, amante, servicial y generosa. Como un regalo al ser creada a Su imagen y semejanza, Dios determinó tu propósito aquí en la tierra.

Tus deberes, derechos y responsabilidades más importantes fueron establecidas por Dios en Su palabra, la Biblia, el único manual que nos hace verdaderamente libres. Ir en contra de estos principios bíblicos nos hace esclavas de un sistema de destrucción. Tu valor no te lo da un hombre, una mujer, una casa, un trabajo, una carrera, o el dinero. Tu valor te lo ha dado Dios, el Creador del universo y si buscas con determinación obedecer Su Palabra serás una mujer conforme a su corazón.

Sé femenina, no seas feminista. La feminidad la creó Dios, sin embargo el feminismo es un movimiento egoísta y sin propósito piadoso, el cual nos instó a morder una manzana llena de gusanos.

Cultiva la belleza incorruptible, lucha con coraje y convicción del Espíritu para ser una mujer virtuosa (Proverbios 31), sumisa, modesta, respetuosa, de espíritu afable y apacible (1 Ped.3: 1-6).

Tengo temor que en 20 años no encontrarás mujeres que sigan el modelo bíblico de su rol, aun dentro de la iglesia de Dios. Por eso me esfuerzo y oro e intento todos los días ser la mujer que Cristo quiere que yo sea para dejar en ti un legado de devoción a la obediencia a Dios.

Es mi oración que Dios te dé la gracia, la fortaleza, el amor y la sabiduría para hacer la diferencia en un mundo caído. Que comprendas la gracia redentora de Cristo a tu favor y con determinación y sin excusas cumplas el llamado bíblico de una mujer en cada etapa de tu vida.

Si decides emprender este llamado supremo serás contada entre las mujeres que decidieron impactar la eternidad, sin importar lo que determinará la cultura, y con valentía asumieron servir al único Dios eterno y vivir para Su gloria.

Publicado en el periódico Hoy