Babe Ruth y Barry Bonds, dos de los nombres más prolíficos en términos ofensivos en la historia del béisbol… sin lugar a duda alguna.
El primero es la cara del béisbol, quien por décadas fue la más clara representación del juego gracias a su poderoso bate que hizo cosas inimaginables para su era… y también para todos los tiempos.
Ruth comenzó su carrera con los Medias Rojas de Boston, donde enseñó excelentes condiciones primero como lanzador, llegando a liderar la liga en efectividad (1.75 en 1916) y ganando más de 20 partidos en dos oportunidades (23 en 1916 y 24 en 1917).
Pero con el bate fue el Sultán del Madero hizo el gran daño a sus contrarios.
En 17 de sus 22 temporadas, Ruth bateó por encima de .300, terminando con un promedio de por vida de .342, producto de 2,873 hits en 8,399 turnos al bate.
También fue líder de cuadrangulares en 12 ocasiones, de empujadas en cinco y de anotadas en ocho oportunidades.
Si de bateo se habla en el mundo de béisbol, hay que hablar de Ruth.
Detrás de su bate, los Yanquis ganaron siete coronas en la década entre 1915 y 1932, en uno de los períodos de triunfos más espectaculares de la historia de las Grandes Ligas.
En bateo, Bonds no se quedó atrás de Ruth.
De hecho, sus 766 cuadrangulares borraron los 714 de Ruth y los 755 de Hank Aaron para asumir el liderato de vuelacercas de todos los tiempos.
Y dueño de la marca de una temporada con sus 73 del 2001.
Siete veces electo Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y 14 veces participante del Juego de Estrellas, Bonds llegó a ser el bateador más temido de Grandes Ligas, por mucho, entre el 2000 y el 2004, recibiendo 232 boletos en esa última campaña y terminando su carrera como el líder de boletos de toda la historia, con 2,558.
Un gran robador de bases y el único jugador en la historia con 500 jonrones y 500 bases robadas (514 en su carrera).
Bonds dominó a su antojo por 22 años en las mayores. Aun con las críticas por su supuesto dopaje, el bate de Bonds hablaba por sí solo sin necesidad de sustancias para mejorar el rendimiento.
Terminó con .298 de promedio de por vida y con 1996 remolcadas.
Aunque sus números y los de Ruth fueron parecidos en lo ofensivo, los del primero fueron superiores y si se suma el pitcheo del principio de su carrera, entonces podemos determinar que de los dos Ruth fue el mejor. Hoy