Audrys Nin: “Nosotros no vamos a un país a tenerle miedo a nadie”

SANTO DOMINGO. Así gana una medalla de oro mundial un dominicano. En buena jerga quisqueyana: “a mano pelada”, o “pelá”, que es la más común.

Audrys Nin Reyes pasó por las siguientes situaciones antes de ganar el oro en el Grand Prix Copa del Mundo de Gimnasia, el pasado domingo. En una historia recreada por él, su entrenador Yoandrys Tamayo y el presidente de la Federación Dominicana de Gimnasia, Edwin Rodríguez. Así lo explicaron ayer en un acto de reconocimiento celebrado en el Comité Olímpico Dominicano, encabezado por su presidente, Luisín Mejía; el ministro de Deportes, Danilo Díaz y Frank Micheli, del Central Romana, por el programa Creando Sueños Olímpicos (CRESO), así como su director ejecutivo, Manuel Luna.

Primero, Audrys llegó tarde a Osijek, Croacia y al otro día tenía competencia. Luego se vio afectado por el “jet lag” (cambio de horario); le daba sueño cuando debía estar despierto y viceversa. Los aparatos, todos de última generación, eran todos distintos a los que se entrenó aquí en Dominicana. Las barras son más anchas aquí y allá más estrecha, lo que permite más agarre. El potro permitía mayor bote.

No es lo único. Durante la competencia él y su entrenador estuvieron a puntos de ser expulsados de la competencia, al ser confundidos con venezolanos a quienes se les cobraba una deuda. Finalmente esa parte fue aclarada y con la mayor discreción, ya que aquí el entrenador, Tamayo, jugó su papel para distraer lo menos posible a su protegido, ya que ambos viajaron sin delegado y sin fisioterapeuta.

Ya en la competencia, la diferencia de nivel, no tanto de los demás atletas, sino de donde procedían, es totalmente superior a la del dominicano. De hecho, es casi imposible para los países pobres, lograr un podio en gimnasia.

Entonces, con todo y eso, ¿cómo es que este chico de 22 años pudo ganar esta competencia?

Para nada, dejó ver, se congeló en pensar la diferencia de recursos entre él y sus rivales.

“No, nosotros somos dominicanos”, dice y deja escapar una sonrisa socarrona. “Nosotros no vamos a un país a tenerle miedo a nadie. Nosotros vamos a hacer el trabajo de nosotros. Nosotros también somos buenos”.

Source link