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En una asamblea en que participaron más de cien libreros expositores de la Feria del libro, plantearon la necesidad de un giro del Ministerio de Cultura respecto de quienes han dado la vida a ese evento ofreciendo mano a mano el libro como producto básico del quehacer cultural.
El doctor Dennis Peña indica que los libreros deben ser integrados a los organismos de montaje y decisión de la feria, a titulo no remunerado, pero con la posibilidad de dar vigencia a una visión que redunde en un producción de la feria que los tome en cuente y respete.
Piden que en la Feria quede prohibida la exhibición venta de tabaco, como ocurrió en la versión más reciente del evento además de que las casetas y los lugares en que serán instaladas, se haga con tres meses de antelación para lograr un montaje más ordenado y armónico de las casetas y la oferta de libros. También objetan que se permita la venta de productos no vinculados a la cultura, como juguetes y ropa.
Piden igualmente que exista disponibilidad de servicios sanitarios para los libreros ya que muchos de los museos e instalaciones, en el periodo de la Feria, cierran sus sanitarios.
Los libreros solicitan que se reduzcan los espacios de venta de comida y que las instituciones gubernamentales que participan lo hagan mediante pabellones que no constituyan una muestra de derroche de recursos y con temas y actividades vinculadas al quehacer cultural.
Piden, en relación con los propios libreros, que sean expulsados por cuatro ferias, aquellos que cometan irregularidades o una conducta impropia al alterar los precios u ofrecer material pirateado.
Sugieren que los cinco primeros días sean solo para profesionales, académicos, editores, bibliotecarios y lectores que acudan a comprar libros y que a partir de ese lapso, se permita la entrada de escolares y que la visita de los estudiantes de las escuelas y colegios se corresponda con un programa organizado, de modo que puedan aprovechar la experiencia en su totalidad y que no sea una especie de recreo sin disciplina.
“Pedimos se declare un día como del autor dominicano y programar con los libreros y autores para que ese día tengan precios super especiales descuentos y la mayor presencia de autores auto biografiando sus libros durante todo el día y la noche, para que el pueblo se ponga en contacto con ellos y que se invite bibliotecarios internacionales para promover la que la bibliografía dominicana” indica el documento.
Solicitan una revisión de la promoción previa para que se lance con más tiempo y con mayor acercamiento a los códigos e intereses cotidianos de la población y tratando de atraer sobre todo nuevos lectores y evitar que la gente recorra el campus ferial como si se tratara de manadas que corren de un lado a otro y no adquieren libros.
Solicitan que los bonos vuelvan a ser recibidos por los libreros directamente, en base a un compromiso de respetar el origen de ese programa que busca que los estudiantes pobres puedan adquirir libros.
Explica que existe un determinado publico que no asiste por el interés cultural sino que se organiza en grupos para generar desordenes, pelear entre sí, comer y hacer desordenes.
“Pedimos mayor seguridad, menos música, mas orientación a los eventos, reducir el número de conferencias pagadas que implica traer escritores que cobran en dólares para ofrecer conferencias a las que no asisten quienes más podrían aprovecharlas” dicen ASODOLIBRO y la Cámara del Libro.
Solicitan que el Ministerio de Cultura convoque el Consejo Nacional del Libro ( CONLIBRO) que en los dos años que lleva el ministro José Antonio Rodríguez no se ha reunido nunca.