Su nombre ha saltado a la palestra informativa en medio de la situación política que se vive en Cataluña y la curiosidad por ir, un poco más allá de la descripción obvia -es el mayor de los Mossos d’Esquadra– ha ido creciendo entre la población en los últimos días.
Por eso, queremos ahondar en quién es Josep Lluís Trapero para dar respuesta a alguna de las incógnitas que se hayan podido plantear. Por ejemplo, que tiene pareja –se llama Sonia– aunque pocas veces le acompañe. Porque dicen los que le conocen que es tímido y estricto con su vida personal.
Hijo de un taxista vallisoletano que falleció hace ocho años, entro en la escuela de Policía de Cataluña en el año 1989. Un año más tarde, comenzaba a ejercer como agente, cumpliendo así un sueño que comenzó a forjarse de niño. Fue entonces cuando, en el barrio de la barcelonesa Santa Coloma de Gramanet, Singuerlin, un vecino les encargó, a él y a otros chicos, vigilar que nadie estropease las paredes recién pintadas del edificio.
Licenciado en Derecho en el año 2006, le gusta tocar la guitarra y es habitual que amenice las veladas entre amigos al son de Joan Manuel Serrat. Amante de la montaña, no le gusta ni cocinar ni el fútbol: prefiere desconectar trabajando su pequeño huerto, situado en una parcela familiar en Vilafranca del Penedés.
En medio de la situación profesional a la que se enfrenta en estos días, quizás se refugie en Cadaqués, ese rincón de la burgesía catalana donde veranea desde hace años.
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