Vendas los ojos a tu primo de cuatro años y le sale algo bastante más decente que aquel cuadro de tres colores que viste una vez en el Reina Sofía. Que te den a ti dos semanas y lo pintas con el meñique del pie izquierdo.
¿Ese jugador por qué no está defendiendo? ¿No ve que está dejando que entren a canasta por la izquierda? Van a perder. Así van a perder. ¡Que defienda de una vez!
Esas coles de Bruselas no las debería haber infusionado en pétalos de violeta. Y ahora va y lo combina con mango. ¡Con mango! Verás tú cuando llegue a los jueces. A casa. Si es que las coles con flores no pegan.
Desenganchar una muñeca de plástico de un tronzo de cartón frente a la cámara lo haces tú tras haber salido un viernes por la noche, con los ojos cerrados y boca abajo. Cualquiera lo hace.
Es verdad. (Menos lo primero). El partido lo perdieron, las coles de Bruselas ligan mejor con marron glacé y abrir una caja de cartón frente a la cámara lo puede hacer cualquiera. Pero casi nadie es capaz de captar a cinco millones de seguidores en el proceso.
Un momento. Digiérelo: cinco millones de personas. Eso es el doble de la población de Castilla y León. El doble de la población de Castilla y León observando por placer cómo alguien desengancha una muñeca de plástico de un trozo de cartón. (El canal se llama FunToyzCollector).
Y para que tú también puedas lograr vivir del unboxing, de charlas sobre bases de maquillaje o de jugar a Super Mario, la Universidad de la Ciudad de Glasgow, Escocia, ha creado un curso en el que te enseñarán a convertirte en youtuber. Durante dos meses y medios, te ofrecen la posibilidad de estudiar cómo crear y desarrollar un canal, las técnicas de autopromoción y retención de seguidores más efectivas o las tendencias actuales en redes sociales.
El precio del curso ronda los 173€ y se imparte de manera presencial.
Dicen que Elrubius ingresa unos dos millones y medios de euros al año.
Dicen que Glasgow es preciosa en invierno.