Agripino: ¿Juez y parte?

 José Alfredo Espinal

Caribbean Digital

SANTIAGO, RD.- En el escándalo de corrupción, la República Dominicana está bailando en la fiesta por la investigación abierta a los US$92 millones de dólares que Odebrecht repartió en sobornos.

Ágilmente, el presidente designó por decreto una comisión  para investigar todo lo relacionado al proceso de licitación y adjudicación de la obra Central Termoeléctrica Punta Catalina, contrato otorgado mediante licitación a  la empresa brasileña Odebrecht a través de un consorcio del cual forman parte empresas dominicanas.

Pero lo que ha caído de mal gusto en la mayoría de la población dominicana, es que quien dirige la comisión, monseñor Agripino Núñez Collado, sea  juez y parte en el escándalo de corrupción.

El religioso sabiamente ha renunciado al Consejo del Grupo Acero Estrella, la cual integra el consorcio de la empresa Odebrecht, integrado, además, por la empresa italiana Tecnimont. Ingeniería Estrella ganó la licitación pública internacional para la construcción de la Central Termoeléctrica Punta Catalina.

Para muchos, Agripino no debió renunciar como vocal del Consejo del Grupo Estrella, sino de la comisión.

Una comisión que investigue un caso tan serio y delicado no debería estar integrado por personas que hayan tenido vínculos con las empresas relacionadas al escándalo de corrupción.

El ratón cuidando el queso

Además, para investigar todo lo relacionado al proceso de licitación y adjudicación de la obra Central Termoeléctrica Punta Catalina, la comisión integra a otros miembros, tales como el pastor evangélico  Jorge Alberto Reynoso Cabrera, Pedro Brache, presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP);  el empresario José Luis Corripio Estrada; Gabriel del Río, secretario general de la Confederación Sindical Clasista (CASC); Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente ejecutivo de FINJUS; Persio Maldonado, presidente de la  Sociedad Dominicana de Diarios; Celso Marranzini, ex vicepresidente de la CDEEE; César Sánchez, ex administrador de la CDEEE y Jaime Aristy Escuder, economista.

Para investigar este caso, no se trata de involucrar en la comisión a personas de nombres ni con mucho dinero, sino de gente que esté desvinculada totalmente a la figura del presidente y a los intereses de grupos tradicionales de poder que de una u otra parte estarían bailando el mismo ritmo en esta fiesta con escasas excepciones.

El país está atento al resultado de la investigación. No es posible y sería un atropello más al pueblo dominicano que en este escándalo de corrupción pase lo mismo como con la investigación de corrupción de la compra de los aviones Súper Tucanos y la Sun Land. Ojalá el caso de Odebrecht no sea archivado por la Procuraduría General de la República.

Si finalmente así ocurriera, verdaderamente que las autoridades y la propia comisión de investigación en el caso Odebrecht estaría invitando a los ciudadanos a que si se va a robar que roben en gran escala.