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Brahandol José Espinal Guzmán, de 13 años de edad, pronunció el discurso de graduación de octavo grado, luego de haber recibido una medalla como Excelencia Académica del colegio San Silvestre, del sector Pekín, Santiago. Es hijo del periodista José Alfredo Espinal y la maestra Dilia Yolanda Guzmán Polanco.
A continuación el discurso íntegro de Brahandol José, en el acto de graduación.
BUENAS TARDES QUERIDOS MAESTROS Y MAESTRAS, MIS QUERIDOS COMPAÑEROS, PADRES Y MADRES DE CADA UNO DE LOS GRADUANDOS, INVITADOS, DAMAS Y CABALLEROS.
Quiero iniciar mis palabras dándole primero las gracias a Dios por permitirnos estar aquí y poder celebrar juntos este día memorable.
Es preciso, además, agradecer la colaboración de nuestros profesores y por supuesto, de nuestros padres, quienes se esfuerzan cada día por darnos un mejor bienestar.
En mi caso particular, quiero que me permitan reconocer el apoyo de mis abuelos y de mis tíos, por ser un soporte especial en mi vida.
Con esta investidura de la educación básica, conocida en nuestros días como nivel medio, hoy concluimos exitosamente uno de nuestros objetivos para alcanzar la meta.
Hoy celebramos este día como un gran logro personal.
Sé que nuestros padres deben sentirse orgullosos de sus hijos e hijas.
Concluir este proceso educativo en un momento donde los jóvenes y adolescentes somos tentados a cada momento por las vanidades y las ofertas negativas que nos brinda el mundo, nos hace reflexionar que debemos continuar estudiando para no fallarles a nuestras familias y a la sociedad dominicana.
Sabemos que como jóvenes y viviendo en un mundo globalizado, lleno de tecnología, estamos expuestos a cometer errores que podrían afectarnos para toda la vida.
He aprendido de mis padres que Dios nos brindas todas las oportunidades posibles, pero también, que Dios nos castiga cuando no hacemos lo correcto.
Voy a extrañar a mi colegio, San Silvestre, a su director Aníbal Almonte y a cada uno de mis profesores, y de manera muy especial, voy a extrañar a todos mis compañeros y compañeras, con quienes hemos cosechado una bonita amistad.
El Colegio San Silvestre ha sido nuestra casa durante varios años. Aquí hemos aprendido a valorarnos, no solo como amigos y compañeros de clases, sino como hermanos, como personas que tienen defectos y virtudes.
Albert Einsteir dijo: “Nunca consideres el estudio como un deber, sino como una oportunidad para penetrar en el maravilloso mundo del saber”.
Con esta reflexión, quiero invitar a todos mis compañeros graduandos a que sigamos estudiando, que no paremos, que no perdamos el tiempo.
Es verdad, somos jóvenes y adolescentes con sueños y deseos de tener nuevas aventuras y experiencias.
Sin embargo, nada de eso debe confundirnos. Nosotros somos jóvenes y adolescentes que pensamos, que comenzamos a conocer nuestros derechos y por eso también tenemos que conocer nuestros deberes.
Nuestros padres, nuestros profesores, y la sociedad dominicana espera mucho de cada uno de nosotros.
Con la ayuda de Dios, con el apoyo de nuestros padres y con el esfuerzo de cada uno de nosotros, vamos a seguir adelante hasta alcanzar la meta.
Muchas gracias…