Acoso

Las acusaciones de acoso sexual están cambiando el comportamiento de los hombres frente a las féminas. Cautos hasta para lanzarles piropos. Y cuidado con invitaciones, si de por medio hay relaciones laborales o académicas. Un trabajo de AP que aparece en las páginas 18 y 19 de este diario plantea que hasta en el “diario vivir” muchos hombres están evitando situaciones sociales que antes se veían como normales por el temor a que por unas palabras galantes la acompañante de turno le haga alguna acusación de acoso sexual. Por cierto, a Donald Trump le siguen saliendo esos demonios del pasado. Los sabrosos tienen que andar chivos con sus piropos. Pueden ser causales de acoso.

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