JOSÉ ALFREDO ESPINAL
SANTIAGO.- El precandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, aclaró que este partido no arribó a ningún acuerdo con el Gobierno para reelegir al presidente de la Cámara de Diputados, Radhamés Camacho, tras señalar que como organización política “no tenían vela en ese entierro”.
“El PRM no ha negociado. Esa era una simple elección de la Cámara de Diputados, si tenían un acuerdo es un problema de ellos. Nosotros no teníamos vela en ese entierro y dejamos a nuestros diputados que actuaran según su conciencia”, explicó, previo a encabezar el sábado un recorrido de fin de semana por la provincia de Santiago.
Según el acuerdo al cual habrían llegado los peledeístas en el año 2015, a través del Comité Político, para el pasado 16 de agosto el presidente de la Cámara Baja debió ser el diputado Demóstenes Martínez, un fiel seguidor del expresidente Leonel Fernández.
Abinader dijo que si existió algún tipo de pacto era un problema del PLD y no del PRM.
Durante una rueda de prensa en esta ciudad, Luis Abinader también dejó claro que en el PRM no ha incoherencia sobre uno u otro tema, sino que en ocasiones hay diferencias de opiniones, lo que entiende que es normal que ocurra en un partido democrático.
“Las discusiones van a un comité y se decide, eso pasó con la reforma que pretendía la reelección y dijimos que no pasaba y aquí (elección del presidente de la Cámara de Diputados), la comisión ejecutiva del PRM dejó a los diputados que cada quien tomara la decisión que entendiera”, apuntó.
Por otra parte, el aspirante presidencial Luis Abinader declaró que el Partido Revolucionario Moderno se mantendrá vigilante para enfrentar la conocida práctica de los gobiernos peledeístas de abusar de los recursos del Estado y provocar grandes déficits fiscales para financiar la campaña electoral de los candidatos oficialistas.
El principal líder de oposición dijo que su partido le está dando seguimiento al manejo de las finanzas públicas para denunciar ante la Junta Central Electoral cualquier intento de violentar la institucionalidad y utilizar los recursos del poder de manera abusiva, como a su juicio, ya ocurrió en los procesos electorales del 2012 y el 2016.
Abinader recordó que la nueva Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, prohíbe de manera clara “usar, en cualquier forma y a cualquier título, los bienes y los fondos públicos pertenecientes a cualesquiera de los niveles o instancias del Estado, en provecho propio o de los candidatos por ellos postulados”.
Grave nivel de endeudamiento
Por otra parte, el dirigente político y economista definió como sumamente grave el hecho de que en los últimos 18 años la deuda pública del país ha crecido en casi un mil por ciento, fundamentalmente bajo la responsabilidad de los gobiernos del PLD.
Dijo que en innumerables ocasiones ha denunciado que el país está tomando préstamos para pagar nominillas y empleados improductivos, y sobre todo para pagar intereses y financiar el creciente déficit fiscal.
Abinader se refirió a un reciente informe dado a conocer por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREEES), que dirige el economista Ernesto Selman, dando cuenta que la deuda pública dominicana ha aumentado en un 968 por ciento en 18 años.
Resaltó que anteriormente los préstamos internacionales se utilizaban con una contrapartida interna para construir presas, carreteras y otras obras social y económicamente reproductivas, “ahora el endeudamiento es para pagar nominillas, financiar intereses y mantener una de las estructuras burocráticas más caras e ineficientes del mundo”.
Concluirá obras y devolverá riqueza producida
Abinader, quien encabezó este sábado un recorrido de fin de semana por la provincia de Santiago, se comprometió a concluir todas las obras públicas que haya iniciado cualquier gobierno, desde Trujillo hasta Danilo Medina.
Dijo que desde antes de asumir el Gobierno, tras ganar las elecciones del 2020, dispondrá un inventario de todos los proyectos pendientes, desde pequeños acueductos hasta el paralizado Malecón de Nagua, para terminarlos y entregarlos a las comunidades en el menor plazo posible.