Por Ricardo Rodríguez Rosa
Especial/Caribbean Digital
SANTIAGO, RD./ Junto con la caída de la tarde de ayer sábado, también cayó el telón que cerró el proceso electoral de nuestra institución.
En lo que respecta a nuestra filial, me permito reconocer el respaldo que cada uno de nosotros dio a las votaciones pues, de 33 socios, ejercimos el derecho al voto 32, porcentaje récord en cualquier elección a lo interno de una entidad de comunicadores en el país y hasta de muchas de otra índole.
En Santiago dimos nuevamente ejemplo de cómo debe desarrollarse un proceso de esa naturaleza. No hubo ofensas personales o profesionales de importancia entre nosotros, lo que se evidenció todo el día de ayer en el lugar donde acordamos votar. Literalmente allí comimos de un mismo plato, tomamos refresco en un mismo vaso, hicimos y celebramos chistes como hacen los hermanos.
En lo que tiene que ver con la reelección de Ney Zapata, debo destacar que oficialmente obtuvo 29 de los 33 votos de la filial, porque hay que anexarle el depositado por Anthony Marte en Miami, suma que también se convierte en precedente en Santiago.
Al final del conteo de los votos para las candidaturas nacionales, se declaró ganador a Máximo Jiménez con 26 sufragios contra 15 de José Tejada Gómez.
Sin embargo, en lo que tiene que ver con las papeletas emitidas por los 32 miembros de nuestra filial, el resultado final fue de 24 a 8, beneficiando al compañero Máximo.
Vemos por qué afirmo tal cosa. Además de los 26 votos logrados por Máximo en Santiago, se le suma el emitido por Anthony Marte en Miami, por lo que concluyó con 27. De esos hay que restar el de Guillermo Díaz Gómez (Nueva York) Edgar Reyes y Pito Acevedo, quedando 24.
En el caso de Tejada Gómez hay que restarle los siete sufragios de Yenny Lovera, Robert Sánchez, Juan Carlos Jiménez, Miguel Hernández, Tony Brito, Adalberto Grullón (Nueva York) y Zonia Tejada. Entonces el respaldo que concitó Cheíto en Santiago se circunscribió a 8 votos.
El desarrollo de la campaña y de las votaciones fueron ejemplos de la hermandad, respeto y armonía que priman entre los acroartistas de Santiago. De eso debemos sentirnos orgullos y satisfechos. Felicitémonos, pues.