“A diario cocino muy sano”

Es uno de los chefs más reconocidos de nuestro país. Dos estrellas Michelin en su restaurante de Barcelona, Abac, avalan su trayectoria. Desde hace cuatro años, este cocinero barcelonés, serio y exigente con los concursantes, es uno de los tres jueces que conforman el jurado del talent culinario MasterChef (Tve). Hablamos con él sobre gastronomía, trabajo y televisión.

Corazón

¿Cómo está viendo a los concursantes esta temporada?

Jordi Cruz Van bastante bien, aparte de cocinar se lo toman muy en serio, que al final es lo importante, , que aprovechen la oportunidad que les da ‘MasterChef’, que lo disfruten y que encima nos hagan disfrutar a nosotros.

C. Es usted bastante severo con quienes no se lo toman en serio…

J.C. Sí, porque entiendo que quien les da una oportunidad y, como es mi caso, pasa muchas horas en el tren y no tiene ni un minuto libre a nivel personal por venir aquí… pues me gusta que lo respeten y que lo aprovechen.

C. ¿Le quedan fuerzas para cocinar cuando llega a casa?

J.C. Sí, pero cocino ‘de diario’, todo muy sano. Me cuido. Con pocos elementos e intento no complicarme mucho la vida: el pollo, el arroz, la ensalada, las verduras… elaboraciones sencillas que estén ricas y que sean saludables.

C. Dicen que los cocineros son los que peor comen por culpa de los horarios.

J.C. Yo creo que como bastante bien y me gestiono bastante bien, porque entiendo cómo tiene que ser la alimentación humana. Y no es sentarte tres veces a la mesa con agua, pan, vino y tres platos. Es comer más a menudo, más saludable, de más a menos.

C. Eso no tiene nada que ver con lo que uno come en un restaurante con estrellas Michelin como el suyo.

J.C. No. Abac es un restaurante para ocasiones especiales. Para celebrar algo… para vivir una experiencia gastronómica, y ese día no hagas dieta. Ese día disfruta porque es un día de fiesta.

C. ¿Qué es más satisfactorio, el reconocimiento público o una estrella Michelin?

J.C. No creo que sea una buena comparación. El trabajo de un restaurante, la satisfacción personal que da, es algo que vas creando con el tiempo. Vas creando un tipo de cocina, una línea, un estilo… no hay nada que te pueda dar más satisfacción en el mundo. Lo de la televisión lo de que te vean y te conozcan, para mí es una cosa efímera, bastante irreal… que hay que hacer el caso justo. En cambio, mi trabajo como cocinero perdurará más y es mucho más real, es más especial, lo que hago en la televisión lo puede hacer cualquiera.

C. Ahora ya se ha acostumbrado a la fama, pero los primeros momentos debieron ser difíciles de digerir.

J.C. Fue surrealista. No acabas de entenderlo nunca. Yo que vengo de un pueblo, de una familia muy normal… Soy una persona muy currante. Sé cual es el precio de las cosas, y que de pronto te conozca mucha gente… le doy la perspectiva justa.

C. ¿Qué le dicen en casa?

J.C. Mi madre solo me dice que no me vuelva idiota, porque ella sufre y con razón y porque creo que es lo que puede suceder si no tienes los pies en el suelo. Yo los tengo muy en el suelo.

C. Y según dice, pasa la vida entre gabaciones y fogones.

J.C. Sí, en cuanto acabo de grabar me meto en el ave. Llego a Barcelona y no me voy a mi casa. Me voy al restaurante primero y acabo el servicio a la una o las dos. Estoy trabajando los siete días de la semana. Osea que el que diga que no me ocupo de mi restaurante, hay que matarlo.

C. ¿Y qué hace cuando tienes tres días libres?

J.C. El problema es que no los tengo. Los tengo para mi restaurante. Llevo cuatro años haciendo televisión y he tenido para mí siete días contados. Para cosas de ir al médico… Hasta que no acabe en la tele no entran en mis planes las vacaciones, porque siento mucha culpa de fallar en mi restaurante. Y la forma de no fallar es optimizar todo el tiempo.

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